El peluquero Christian Ríos, al frente de Salón Christian Ríos Hair Couture (Vilanova i la Geltrú), confirma los tres protagonistas de la temporada:
- Marrones fríos, con matices ceniza y chocolate que aportan densidad y grosor visual.
- Rubios mantequilla, suaves y cremosos, que iluminan sin saturar.
- Castaños ahumados, una fusión de marrones medios con reflejos grises que transmiten misterio y profundidad.
Lejos de los contrastes radicales, la clave está en la personalización y la precisión técnica. “Un quiet luxury bien aplicado exige transiciones suaves y reflejos sutiles, ajustados siempre a la base y al estilo de cada cliente”, explica Ríos. “No se trata de imponer un color de moda, sino de que el cliente sienta que ese tono le pertenece, que realza su identidad sin disfraces”.
Christian Ríos.La tendencia incorpora también la salud capilar como pilar fundamental. “No tiene sentido hablar de lujo si el cabello no está cuidado. Prefiero trabajar con fórmulas suaves y rutinas de mantenimiento sencillas que prolonguen el resultado y aseguren brillo e hidratación”, apunta el estilista.
Para las colecciones profesionales, estos tonos abren un campo creativo fértil: marrones fríos en melenas rectas que evocan minimalismo elegante, rubios mantequilla con ondas luminosas y castaños ahumados para propuestas editoriales cargadas de enigma. “Es una oportunidad para reinterpretar la sobriedad desde un lenguaje contemporáneo, con looks que transmiten lujo sin necesidad de ostentación”, concluye Ríos.
Este otoño, la peluquería profesional se viste de lujo silencioso: tonos discretos, saludables y llenos de matices que redefinen la verdadera sofisticación en color.