"Donde veas un negocio exitoso,
alguien tomó alguna vez una decisión valiente".
Peter F. Drucker,
abogado y escritor austríaco (1909-2005).

América Latina le echa un pulso al sector de la peluquería y parece que este último va a salir victorioso. Los salones latinoamericanos dejan de ser negocios diminutos para transformarse en empresas con nuevos socios, franquicias e incluso representaciones de productos capilares dirigidos al profesional. Algunos ejemplos son la cadena de salones española Marco Aldany; Montalvo, de origen peruano, y VIP, de procedencia colombiana.

Para hacerse una idea de la evolución del sector, Montalvo Spa peluquería ya cuenta con 47 salones, de los cuales 10 son franquicias, dentro y fuera de Perú. La cadena VIP ya supera los 20 salones en Colombia. Por su parte, Marco Aldany prosigue con su expansión internacional en diferentes puntos de Latinoamérica. Evidentemente, hemos citado algunos casos que ponen de manifiesto la pujanza de la peluquería en los países latinoamericanos.

El negocio de la belleza tiene un gran potencial en América Latina. Las mujeres se resisten a salir a la calle mal peinadas, con un corte de pelo o color descuidados. Este interés en su imagen personal contribuye a dinamizar el sector, independientemente del contexto económico que se dé en ese momento. Un sector que avanza con los tiempos pero que precisa también del apoyo de su público, aquel que valora su experiencia, trabajo y savoir faire.

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