En esta ocasión, parece que la libertad de expresión le ha ganado la batalla a la burocracia en el país vecino. Tras dos años de negociaciones, la policía francesa tiene luz verde para dejarse barba y exhibir sus tatuajes sin incumplir el reglamento interno. En el caso de los tatuajes, estos únicamente podrán mostrar dibujos exentos de motivos racistas, políticos, religiosos o xenófobos. Además, las barbas se deberán llevar limpias y bien cortadas. El reglamento, más tolerante desde hace dos meses, no autoriza las barbas largas y descuidadas.

Los cambios producidos en el reglamento, impuesto en el año 1974, se deben a la presión de los sindicatos policiales. Tras las peticiones de numerosos efectivos, se llegó a un acuerdo para realizar los cambios mencionados. Hasta la fecha, únicamente se permitía llevar los bigotes bien tallados. La barba solo se permitía en el caso que un certificado médico demostrara que el agente necesitaba dejarse crecer el pelo facial.

Está claro que la sociedad evoluciona y las fuerzas de seguridad no se pueden quedar al margen. Para ofrecer una imagen más cercana al ciudadano, era necesario actualizar el reglamento, en opinión del secretario general de la sección policial del sindicato Fuerza Obrera (FO), Yves Lefebvre.

Francia ha roto con los tabúes que existen en torno al aspecto de policías que lucen barba, tatuajes y piercings. No se puede decir lo mismo de nuestro país. Desde el año pasado, el nuevo reglamento interno de la policía sevillana impide a los agentes llevar coleta, hacerse piercings y mostrar tatuajes visibles. Una prohibición que también se da en Santa Cruz de Tenerife, desde principios de año. Asimismo, los efectivos tinerfeños sí se podrán dejar bigote o barba, previa autorización de sus superiores. Son algunos de los ejemplos más llamativos.









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