"El progreso y el desarrollo son imposibles
si uno sigue haciendo las cosas tal como
siempre las ha hecho".

Wayne W. Dyer, escritor estadounidense
reconocido por su libros de autoayuda inspirados
en la rama de la psicología humanista (1940).


A través de este editorial y de uno de los artículos que publicamos en este mismo newsletter relatamos una noticia llena de esperanza y muy positiva que nos hace reflexionar acerca de que el ser humano, a pesar de todo, sigue avanzando.

Tras más de 20 años de lucha se ha conseguido por fin que el Parlamento Europeo apruebe una ley por la que prohíben, a partir del 11 de marzo de 2013, la venta de productos cosméticos o de higiene y de ingredientes en la Unión Europea que hayan sido testados con animales. Una prohibición que afecta incluso a la importación de productos que no cumplan con esa directiva.

De hecho, desde el año 2004 está prohibido en la Unión Europea evaluar productos cosméticos y de higiene en animales. No así los ingredientes que pudieran suponer un riesgo para la salud. Acabar con la experimentación total en seres vivos es algo que vienen reclamando las organizaciones en defensa de los derechos de los animales desde hace ya mucho tiempo.

El sufrimiento de los animales durante los diferentes ensayos a los que se les somete es espeluznante. Incluso aunque se evalúen las pruebas en animales no garantizan que puedan tener efectos nocivos en el ser humano. Siempre existe ese riesgo por muchas pruebas que se hagan en ese sentido. Hoy en día existen otros métodos igual de efectivos o más para llevar a cabo esas prácticas y pruebas, como puedan ser los simuladores con ordenadores. Y es que existían dos trabas importantes: una, la de disponer de métodos alternativos validados, y otra, la del secreto industrial de las empresas fabricantes. No en vano existen más de 10.000 ingredientes ya testados de los que no es necesario hacer nuevos ensayos, pero para ello hay que compartir la información.

Ahora ya está abierto el camino para empezar a reunir un millón de firmas para prohibir la vivisección, es decir, diseccionar un animal vivo para pruebas de laboratorio. Seguro que en breve podremos redactar al respecto.

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