Si alguna vez ha tenido la tentación de probar el exótico y controvertido tratamiento de spa conocido como pedicura de peces, piénsatelo dos veces.

Esta práctica, llevada a cabo por un pez diminuto llamado "garra rufa" (también conocido como "pez doctor"), implica a carpas pequeñas que picotean la piel muerta de la superficie de los pies. Pero si bien estos mordisqueadores podrían llamarse médicos, su acción puede ser francamente peligrosa, como descubrió recientemente una mujer en Nueva York.

La mujer, de 20 años, presentó a su dermatólogo un historial de uñas anormales en seis meses. No tenía antecedentes familiares de desórdenes en las uñas ni otros problemas médicos, pero había un detalle llamativo.

Algunos meses antes del inicio de sus anomalías en las uñas, se había sometido a un tratamiento de pedicura con peces en un spa. Esto aparentemente condujo a un desagradable caso de onicomadesis, en el que las placas ungueales que forman la uña del pie comienzan a detener la producción y se separan, causando que las uñas eventualmente se caigan.

Los 'garra rufa' son omnívoros, pero se les priva de alimentos vegetales para obligarles a comer la piel muerta de los pies humanos, lo que genera preocupación por el maltrato de los animales.

Aunque se cree que este es el primer caso que relaciona al "garra rufa" con la onicomiadesis, no es la primera vez que estos diminutos peces han sido acusados de enfermar a las personas, con informes anteriores que indican que este tipo de pedicuras transmitieron infecciones por Staphylococcus aureus y micobacteriosis.

Si bien no son los peces mismos la fuente de una amenaza infecciosa para los humanos, se piensa que su mordisqueo sin dientes en los pies podría propagar microbios dañinos de un usuario de un spa a otro.

Es por este tipo de razones que, a pesar de las promesas de "rejuvenecimiento de la piel" que ofrecen los spas con este tipo de tratamientos, las pedicuras con peces en realidad han sido prohibidas en más de 10 estados de los Estados Unidos, así como en distintas partes de Europa.

Aunque se cree que este es el primer caso que relaciona al 'garra rufa' con la onicomiadesis, no es la primera vez que estos diminutos peces han sido acusados de enfermar a las personas.

Debido al elevado coste de este pez, es probable que los dueños de los salones lo utilicen varias veces con diferentes clientes, lo que aumenta el riesgo de propagar infecciones.

También hay implicaciones éticas. Los "garra rufa" son omnívoros, pero se les priva de alimentos vegetales para obligarles a comer la piel muerta de los pies humanos, lo que genera preocupación por el maltrato de los animales.

Investigaciones previas también sugieren que la falta de supervisión del "pez nibble" importado puede introducir brotes de infecciones bacterianas sistémicas en los animales, causando protrusiones oculares anormales y hemorragias alrededor de las branquias, la boca y el abdomen.









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