Los expertos alertan de un fenómeno creciente y preocupante: la adicción excesiva a la piel morena, que los medios han bautizado como tanorexia (de la palabra inglesa tan, que significa broncearse).

Una encuesta realizada a 400 estudiantes de la Universidad de Virginia ha desvelado que hasta un 27% de ellos podría considerarse tanoréxico" declara la doctora Carolyn Heckman, del Centro de Cáncer Fox Chase. "Y lo más sorprendente es que el 40% de estos adictos consigue su objetivo en cabinas de rayos UVA que empiezan a utilizar con tan sólo 17 años", añade.

Para esta experta, esta obsesión por conseguir una piel dorada es peligrosa, "ya que muchas personas no se protegen lo suficiente de los rayos solares y ultravioletas, porque creen que así se van a broncear más rápido, y pueden sufrir fotoenvejecimiento prematuro o, lo que es peor, cáncer de piel. Deberíamos hacer campañas de prevención más agresivas, porque parece que la gente sigue sin ser consciente de los efectos dañinos del sol", dice Heckman.

Para realizar su estudio, los autores realizaron un cuestionario que incluía preguntas relacionadas con la exposición al sol y la asistencia a centros de rayos UVA, el uso de cremas protectoras o el consumo de tabaco y alcohol. Sus resultados indican que la cuarta parte de los participantes podría incluirse dentro de la categoría de los tanoréxicos, que la mayor dependencia la generan las máquinas de rayos UVA –que llegan a utilizar hasta 14 veces al año–, más que broncearse en el exterior, y que son los individuos de raza blanca, delgados y fumadores los que más riesgo tienen de sufrir esta adicción.


Los factores de la dependencia

Aunque el término tanorexia no ha sido aún aceptado por la comunidad médica, que lo vincula con trastornos como la anorexia nerviosa, sí que advierten que es un fenómeno que hay que vigilar de cerca. Asimismo, son varios los especialistas que han formulado teorías sobre los factores biológicos que influyen en esta adicción. Una de las teorías, recogidas en la investigación de Heckman, indica que uno de los posibles mecanismos que explicarían la tanorexia es que durante la exposición a los rayos ultravioletas el organismo libera endorfinas, que hacen al individuo sentirse bien. Una sensación similar a la que se experimenta con el consumo de ciertas drogas.


El culto a la apariencia

Los investigadores reconocen que es la apariencia la motivación principal para caer rendidos bajo los rayos del astro rey o de las lámparas violetas, pero no la única. El efecto relajante y la facilidad para relacionarse con otros cuando se está bien con uno mismo también se encuentran entre las razones argumentadas por los tanoréxicos.

Entre los síntomas para reconocer está nueva adicción, los especialistas citan la ansiedad que genera en la persona perder una sesión de sol o de rayos UVA y el hecho de que nunca se ven suficientemente morenos.

Los autores del estudio advierten que la tanorexia se ha visto incrementada en los últimos tiempos por la "reciente explosión en las revistas de imágenes de famosos con cuerpos bronceados y por el aumento del número de salones dedicados al moreno artificial".









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