Los viñedos del Marco de Jerez son un escenario incomparable: hectáreas de terreno donde se cultiva la uva que dará como fruto el vino de Jerez, el Sherry, uno de los iconos de la ciudad y de la provincia de Cádiz.

Dicen los entendidos que el mejor momento para visitarlos es al atardecer, cuando los últimos rayos de sol bañan el verde de las vides creando un efecto mágico y relajante. La empresa jerezana D'arte grupo, especializada en la organización de eventos, congresos e incentivos, ha querido aprovechar este placentero efecto que generan las puestas de sol en los viñedos y añadirlo a una de las disciplinas más antiguas para llegar al relax y al bienestar interior: el Tai-Chi. El resultado es una experiencia única e inolvidable, la mejor manera de desconectar con el estrés diario y relajarse en plena naturaleza. La actividad está dirigida a grupos.

El Tai-Chi es una milenaria disciplina china, un sistema que combina ejercicios corporales respiratorios y mentales. Se ejecuta de manera suave y lenta, lo que permite el desarrollo de la relajación, la concentración mental, la coordinación y una respiración consciente y profunda. Sus beneficios son accesibles a todas las personas de cualquier edad y capacidad física y más si se realiza en un escenario natural: los viñedos, las suaves colinas del paisaje y la Viña El Majuelo.

Esta viña está situada a cuatro kilómetros del centro de Jerez, en el pago de Macharnudo, considerado el de mayor calidad para la producción de la uva palomino. Desde la explanada principal, una elevación a unos 45 metros sobre el nivel del mar, se domina una extensa superficie de viñedos perfectamente alineados y de cuyo fruto se extrae el mosto que dará origen a los excepcionales vinos de Jerez. En el viñedo destaca la antigua casa de viña del siglo XVIII, edificada en torno a lo que pudo ser una antigua torre vigía de construcción árabe.


Una actividad muy completa

Durante esta visita tan singular, además de las clases de Tai-Chi, los participantes podrán conocer los procesos de viticultura en la viña. De hecho la actividad comienza con una charla dentro de la casa y un recorrido por los paneles explicativos sobre viticultura, con imágenes de las distintas fases y estados del viñedo, así como las labores realizadas en el mismo.

A continuación da comienzo un paseo a pie por los alrededores de la viña, donde se puede contemplar, desde el balcón de acceso a la viña, las 680 hectáreas de viñedos. Al regresar a la casa comienza la clase magistral de iniciación al Tai-Chi, en la extensa explanada principal y en un entorno privilegiado, con una explicación inicial de la mano de Isabel Sánchez, profesora experta en Tai-Chi y Chi Kung, con estudios cursados en China.

La actividad finaliza con la entrega de los diplomas personalizados como recuerdo de esta vivencia singular y con una copa de Harveys Bristol Cream con hielo y naranja.









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