Tras casi 20 años sin avances significativos en el sensible ámbito de la protección solar, en los últimos meses han surgido varias innovaciones. Entre ellas destaca la de Skinosive, centrada en prolongar la eficacia de los protectores solares.

“Pocas personas reaplican su protección solar cada dos horas, como recomiendan las autoridades sanitarias. Sin embargo, cuanto más se retrasa, más eficacia pierden los filtros UV, lo que significa que los usuarios están mal protegidos. Por eso, como parte de nuestra estrategia de I+D, nos propusimos prolongar la eficacia de la protección solar. Así fue como desarrollamos la innovación de bioadhesión, un proceso químico que permite que los filtros se adhieran a la piel”, explica Benoît Canolle, CEO de Skinosive, una startup biotecnológica compuesta por un equipo de diez jóvenes investigadores.

Benoît Canolle.

"Ganchos" moleculares

La tecnología consiste en modificar los filtros UV ya disponibles en el mercado para que puedan unirse a la superficie de la piel.

“Creamos nuevas moléculas químicas, es decir, nuevos filtros UV basados en los ya existentes, que contienen grupos bioadhesivos patentados en su estructura. Estos grupos se unen a las estructuras presentes de forma natural en el estrato córneo de la piel. Actúan como un 'gancho' molecular que se ancla en las estructuras naturales de la piel”, explica Canolle.

La bioadhesión de los filtros UV fue clínicamente validada hasta ocho horas después de su aplicación. Además, esta innovación evita la penetración sistémica en la piel y también reduce la liberación de moléculas químicas en el entorno. “Esto ayuda a reducir el impacto ambiental de nuestros filtros porque, por un lado, los usuarios aplicarán sus productos solares con menos frecuencia, y por otro, permite una producción más racional. De hecho, la fabricación de filtros UV representa una parte importante de su huella ecológica, y es un aspecto que rara vez se aborda,” comenta Canolle.

Un largo camino regulatorio

La primera molécula desarrollada por Skinosive es una versión bioadhesiva del Uvinul A+, uno de los filtros UVA más utilizados. Sin embargo, la empresa apunta a desarrollar una nueva familia de filtros basados en los más seguros y menos controvertidos del mercado.

“Tenemos tres filtros cuyas estructuras químicas están completamente validadas, lo que nos permite ofrecer un SPF 30. Pero estamos trabajando en un cuarto filtro para lograr un SPF 50 bioadhesivo”, explica el CEO.

El proyecto, aún en fase piloto, debe ahora superar la compleja etapa de regulación. El primer expediente será presentado para su aprobación ante la Comisión Europea el próximo junio. “Introducir filtros UV en el mercado implica un proceso regulatorio muy largo y complejo. Por eso este segmento presenta tan poca innovación. Hoy el desafío es regulatorio,” añade Canolle.

El siguiente paso consiste en preparar el lanzamiento comercial en Europa: la empresa contempla llevarlo a cabo por cuenta propia o en asociación con grandes actores del sector cosmético. “El valor añadido de las empresas biotecnológicas reside principalmente en la innovación y la I+D, por lo que preferimos dejar la parte industrial a quienes son expertos en ella,” concluye el CEO de Skinosive.









Recomendamos