Fundada en 2003, Proya Cosmetics se ha consolidado en apenas dos décadas como uno de los grandes referentes del mercado cosmético chino. Con un portafolio de nueve marcas que cubren múltiples categorías y un modelo de distribución centrado en el comercio electrónico, en 2024 se convirtió en la primera empresa china de cosmética en superar los 1.000 millones de dólares en ventas anuales. Su fundador, Juncheng Hou, se ha fijado un objetivo claro: situar a Proya entre las diez mayores compañías cosméticas del mundo en la próxima década, apoyándose en fuertes inversiones en I+D y estrategias de crecimiento externo.
En 2024, Proya superó los 10.780 millones de yuanes de facturación (unos 1.400 millones de dólares), con un crecimiento del 21,4% por séptimo año consecutivo, adelantando en resultados a gigantes internacionales como Estée Lauder o L’Oréal en el mercado chino.
El 95% de los ingresos de la compañía provienen del canal online, reflejo de la importancia del e-commerce en el país. Bajo su estrategia “doble 10”, Proya busca una rápida internacionalización, con aperturas clave como su centro de innovación en París en 2024, enfocado en investigación científica y colaboraciones con líderes globales como BASF, Croda o dsm-firmenich. En ese mismo año, destinó 29 millones de dólares a I+D, lo que ya le ha permitido registrar 229 patentes y participar activamente en el Congreso IFSCC de Cannes en 2025.
El crecimiento externo incluye posibles adquisiciones, acuerdos de distribución de marcas extranjeras y la expansión hacia el sudeste asiático, Oriente Medio y Europa. Además, prepara una salida a bolsa en Hong Kong para reforzar su visibilidad global.
Aunque el mercado chino ha ralentizado su crecimiento (3% anual frente a más del 15% antes de la pandemia), sigue siendo un trampolín con gran potencial: el gasto medio por consumidor aún es muy inferior al europeo. Hou concluye que la “belleza china” está ganando notoriedad y que Proya está lista para competir con las grandes marcas internacionales.