Los milium (plural: milia) son pequeños quistes de color blanco o amarillento que se forman justo bajo la superficie de la piel. Son de tamaño reducido —normalmente menores de 3 mm—, duros al tacto y no presentan inflamación. Aunque son inofensivos, muchos clientes buscan eliminarlos por motivos estéticos, especialmente cuando se concentran en zonas visibles como el contorno de ojos, mejillas, frente o nariz.
Causas más comunes de aparición
La formación de milia se debe a la acumulación de queratina bajo la epidermis, una proteína natural de la piel que, en lugar de eliminarse correctamente, queda atrapada formando un pequeño quiste. Esta alteración en el proceso de renovación celular puede tener múltiples causas.
Entre las más frecuentes se encuentran:
- Piel seca o mal cuidada, que dificulta la exfoliación natural.
- Uso de cosméticos comedogénicos o demasiado oclusivos, como cremas densas, aceites minerales o siliconas.
- Exposición solar prolongada, que engrosa la piel y favorece la retención de células muertas.
- Microtraumatismos cutáneos, como quemaduras leves, tratamientos exfoliantes agresivos o intervenciones estéticas mal realizadas.
- Factores dietéticos, como el exceso de productos lácteos o cítricos, que pueden alterar el equilibrio ácido-alcalino de la piel.
Aunque los milia pueden aparecer en cualquier etapa de la vida y en ambos sexos, son especialmente comunes en adultos con tendencia a la piel seca o en personas que no siguen una rutina adecuada de cuidado facial.
Opciones de tratamiento en cabina
A diferencia de los puntos negros o espinillas, los milia no pueden eliminarse mediante presión manual. La extracción requiere un abordaje profesional, con instrumental específico y técnicas adecuadas para evitar dañar la piel.
Una de las técnicas más habituales en centros estéticos es la extracción manual con aguja estéril o lanceta, que consiste en perforar cuidadosamente el quiste y extraer su contenido. Es un procedimiento sencillo pero que requiere precisión, experiencia y condiciones de máxima higiene.
Otra opción avanzada es la electrocoagulación o termólisis, en la que se aplica corriente de alta frecuencia a través de una sonda muy fina. Esta corriente genera calor, cauterizando el quiste y provocando su desecación inmediata. La piel elimina los restos de forma natural en los días siguientes. Este método es especialmente eficaz en milia múltiples o de difícil acceso, y permite obtener resultados rápidos y seguros, siempre que se utilice un equipo calibrado correctamente y por manos expertas.
En determinados casos, especialmente cuando hay recurrencia, también pueden aplicarse tratamientos complementarios como peelings químicos suaves (AHA o BHA) o láser ablativo, que favorecen la renovación celular y ayudan a prevenir nuevas formaciones.
Cuidados post-tratamiento y prevención
Tras la extracción, es fundamental que el cliente mantenga una rutina de cuidados suaves durante al menos 48 horas. Es recomendable utilizar productos con acción calmante, cicatrizante y antibacteriana, evitar el calor excesivo, no tocar la zona tratada y protegerse del sol con un fotoprotector adecuado.
Para prevenir la aparición de nuevos milia, se debe trabajar en una rutina cosmética adecuada al tipo de piel, que favorezca la renovación celular y evite la obstrucción de los poros.
Recomendaciones esenciales para la prevención:
- Realizar exfoliación regular con productos suaves (ácido glicólico, salicílico o enzimas) 1–2 veces por semana.
- Utilizar hidratantes ligeras y no comedogénicas, especialmente en pieles grasas o mixtas.
- Incluir protección solar diaria, ya que la radiación solar puede engrosar la piel y favorecer la retención de queratina.
- Considerar el uso de retinoides tópicos si hay tendencia a la formación de milia, siempre bajo asesoramiento profesional.
- Aconsejar al cliente sobre la posible influencia de la dieta, especialmente en casos de milia recurrente.
Los milia son una alteración cutánea frecuente que, aunque no representa un problema médico, puede afectar la apariencia de la piel y la autoestima del cliente. Como esteticista, ofrecer una extracción segura y asesoramiento personalizado sobre rutinas de cuidado y prevención es clave para lograr resultados duraderos y reforzar la confianza del cliente en tus servicios. Con las técnicas adecuadas y un buen seguimiento, puedes convertir el tratamiento de milia en una oportunidad para fidelizar y educar a tu clientela sobre el correcto cuidado de su piel.