Ante los crecientes desafíos que enfrenta su sector, varios dirigentes de la industria cosmética francesa han presentado a Stéphane Séjourné, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, una serie de propuestas regulatorias y comerciales destinadas a reforzar la competitividad de los productos europeos.
El pasado 15 de octubre, durante el salón Cosmetic 360 celebrado en París, Stéphane Séjourné se reunió con varios directivos de la industria cosmética francesa para abordar los retos actuales del sector. El encuentro fue organizado por iniciativa del polo de competitividad Cosmetic Valley y de la Federación Francesa de Empresas de Belleza (FEBEA).
Un motor económico bajo presión
Pilar económico clave en Francia y en toda Europa, la industria cosmética expresa una creciente preocupación ante las amenazas que pesan sobre su actividad. Los líderes del sector señalan la proliferación de normativas europeas, los nuevos aranceles aduaneros estadounidenses y la caída del consumo en China como los principales obstáculos. En un contexto de competencia global intensificada, estos factores afectan a un sector que genera 300.000 empleos directos e indirectos en Francia y cerca de 3 millones en toda Europa.
Comercio internacional y regulación
Para hacer frente a estos retos, los representantes de la industria cosmética han presentado un conjunto de propuestas recogidas en el “Beauty Industry Package” de la FEBEA, una hoja de ruta estratégica respaldada por cerca de 80 líderes empresariales con el objetivo de fortalecer la competitividad e influencia del sector en Francia y Europa.
En el ámbito comercial, el sector pide a la Comisión Europea impulsar las exportaciones internacionales mediante nuevos acuerdos de libre comercio (con Indonesia, India, etc.) y consolidar el mercado europeo facilitando la circulación de productos fabricados en Europa.
En materia regulatoria, solicitan una simplificación del marco existente y un tratamiento justo y basado en la evidencia científica, apoyado por evaluaciones de impacto transparentes. Preocupan especialmente la regulación “Omnibus” sobre química y cosmética y la nueva Directiva sobre Aguas Residuales Urbanas.
Los fabricantes también reclaman una actuación más firme contra las prácticas ilegales, como la falsificación o los métodos de comercialización ilícitos, especialmente exigiendo responsabilidades a las plataformas digitales que las permiten.
“El sector cosmético deposita una gran confianza y esperanza en la Comisión Europea para apoyar a nuestras empresas ante una competencia global creciente y una regulación cada vez más compleja. Por eso pedimos que se dote a la industria de los medios necesarios para mantener su liderazgo mundial”, declaró Emmanuel Guichard, delegado general de la FEBEA.
“Para seguir en la carrera, nuestro sector quiere contar con el apoyo de la Unión Europea, que debería convertir esto en una de sus prioridades estratégicas”, añadió Marc-Antoine Jamet, presidente de Cosmetic Valley.
¿Hacia una estrategia europea para la cosmética?
En respuesta, Stéphane Séjourné aseguró que la Comisión Europea está decidida a acelerar la competitividad industrial actuando sobre tres ejes: la simplificación normativa, la protección del mercado interior frente a la competencia desleal y el apoyo a la demanda. Según explicó, la Ley de Aceleración Industrial, el “Chemical Omnibus” (componente cosmético), el “Environmental Omnibus” y la diversificación de los acuerdos de libre comercio son pasos en esa dirección.
“Ante los desafíos tanto internacionales como del mercado interno, estructurar un diálogo estratégico con el sector cosmético es esencial”, concluyó.