Del Marsala se podría decir que es una tonalidad de vocación natural, terrosa, que se asemeja al color del vino tinto. O según la profesional del Instituto Pantone, Leatrice Eiserman: "Marsala es un tono sutilmente seductor que nos atrae con su cálido abrazo".

Al igual que el exquisito vino del que recibe su nombre, Marsala posee la riqueza de una comida deliciosa, la suntuosidad de una manicura perfecta y la naturalidad de la tierra de la que se nutre. De ahí que, según Eiserman, se trate de un color idóneo para decorar las casas más acogedoras desde la cocina al salón.

¿Y por qué Marsala? Eiserman explica que se trata de un color válido y aceptado para mujeres y hombres. Además, combina perfectamente con casi todas las tonalidades de piel, no solo como prenda sino también en forma de barra de labios o de laca de uñas. En el aspecto de la decoración o del packaging, un acabado mate resalta la naturaleza orgánica del Marsala. Al añadirle brillo, se transmite un mensaje diferente de glamour y lujo, lo que demuestra su versatilidad.









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