Un grupo de investigadores ha descubierto que ciertas bacterias de la piel pueden modular la respuesta inmunitaria a los rayos UVB. Un hallazgo que abre la puerta a protectores solares respetuosos con el microbioma y a nuevas vías de investigación en cosmética.
Publicado en Journal of Investigative Dermatology, un trabajo conjunto del Centro Internacional de Investigación en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (CIRI, Lyon) y la Universidad de Graz (Austria) revela un mecanismo inédito: algunas bacterias cutáneas pueden contribuir a proteger la piel de los efectos nocivos del sol.
Para los investigadores, estos resultados subrayan la importancia de diseñar productos que garanticen una fotoprotección eficaz y, al mismo tiempo, preserven el ecosistema microbiano de la piel.Los investigadores analizaron una molécula presente de manera natural en el estrato córneo, llamada ácido urocanico trans. Este componente actúa como un filtro integrado, absorbiendo parte de los rayos ultravioleta solares. Bajo la acción de los UVB, cambia de forma y se convierte en ácido urocanico cis, capaz de influir en el funcionamiento del sistema inmunitario de la piel. El estudio demuestra que ciertas bacterias cutáneas pueden transformar esta nueva forma gracias a una enzima específica, la urocanasa.
"Lo que nos intrigaba era la idea de que algunos microbios pudieran participar activamente o incluso interferir en los efectos de los rayos UV. La intersección entre el metabolismo microbiano y la inmunidad del huésped se convirtió en el centro de nuestra investigación", explica el autor principal del estudio, VijayKumar Patra, citado en un comunicado.
Preservar el ecosistema microbiano cutáneo
El microbioma cutáneo constituye un ecosistema único y complejo, que varía según las zonas del cuerpo y se ve influido por numerosos factores internos y externos. Para los investigadores, estos resultados subrayan la importancia de diseñar productos que garanticen una fotoprotección eficaz y, al mismo tiempo, preserven el ecosistema microbiano de la piel.
"Es la primera vez que demostramos un vínculo metabólico directo entre los rayos UV, una molécula derivada del huésped y el comportamiento bacteriano que influye en la función inmunitaria", precisa Marc Vocanson, investigador del CIRI de Lyon.
De cara al futuro, los científicos consideran que podrían desarrollarse tratamientos tópicos capaces de modular el metabolismo microbiano para aumentar, estabilizar o, por el contrario, limitar la disminución de las defensas inmunitarias provocada por los rayos UV, en particular durante tratamientos médicos con luz, como la fototerapia. Un nuevo horizonte para la prevención del envejecimiento cutáneo y de ciertos tipos de cáncer.