Los experimentos con grandes primates, los más parecidos a los humanos –chimpancés, gorilas y orangutanes–, tienen los días contados en la Unión Europea. Con alguna excepción. Los Veintisiete acordaron endurecer las normas para los experimentos científicos con animales, "un gran paso adelante" que la ONG Eurogrup for Animals alabó en una nota, aunque no sea "el giro de 180 grados que hace falta". Actualizaron así los ministros europeos del ramo la legislación vigente desde 1986. Cada año se experimenta con 12 millones de animales en la UE.

El texto, consensuado por los ministros con la abstención de Alemania, insta a que "los experimentos con animales se sustituyan, en la medida de lo posible, por métodos alternativos científicamente satisfactorios". Recomienda también que se reduzca al mínimo el uso de seres vivos "sin poner en entredicho la calidad de los resultados" y, en la medida de lo posible, el dolor que se les causa. Veta, con alguna salvedad, el uso de animales que no hayan sido criados en cautividad –prohíbe expresamente el uso de perros vagabundos– y exige que cada experimento sea evaluado y autorizado.

Este borrador de directiva debe ser aprobado ahora por el Consejo y el Parlamento Europeos. La tramitación, en la que no se esperan inconvenientes ni cambios de calado, concluirá hacia el próximo otoño y entrará en vigor siete años después. De hecho, la prohibición de experimentar con animales en la industria cosmética de la UE entró en vigor hace un año, seis años después de que las autoridades lo acordaran tras otros diez de debate.

Eurogrup for Animals lamenta que la nueva directiva se quede corta, que no apueste plenamente por "promover las alternativas que no requieren el uso de animales" como "las simulaciones por ordenador o los cultivos celulares", detalla el portavoz de ANDA

Tanto ANDA (la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales) como el Proyecto Gran Simio, coincidieron en que la nueva norma "es positiva" aunque criticaron que deje "varias puertas abiertas". La que más les preocupa es la que permite el "uso excepcional" de grandes simios en una prueba "si se considera vital para la supervivencia de la propia especie" o para tratar "un inesperado brote de una enfermedad muy grave para los humanos". "Queda por ver cómo lo interpreta cada país", advirtió Alberto Díez, portavoz de ANDA.

Díez explica que desde hace unos tres años los políticos, los científicos y las ONG "de bienestar animal" estaban de acuerdo en que urgía actualizar la normativa vigente. Eurogrup for Animals lamenta que la nueva directiva se quede corta, que no apueste plenamente por "promover las alternativas que no requieren el uso de animales" como "las simulaciones por ordenador o los cultivos celulares", detalla el portavoz de ANDA.

La directiva abarca a los animales vertebrados –incluidas ciertas larvas, fetos de mamíferos en el último trimestre de la gestación– y cefalópodos.

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