La actitud de los consumidores frente a la exposición al sol ha cambiado drásticamente en los últimos años. Mucho más allá de la protección en la playa o en la piscina, cuidarse frente al sol ha pasado a ser parte de nuestra vida en actividades de montaña, deportes al aire libre, o como una forma de evitar el envejecimiento prematuro de la piel. Por esta razón, la utilización de protectores solares se convierte en una necesidad ya durante cualquier época del año. No obstante, el verano continúa siendo el período estrella de su utilización, y el momento en el que los datos de consumo ponen a prueba al sector.
El liderazgo de España en materia de protección solar se consolida a nivel mundial, por el alto conocimiento que sobre el sol tiene nuestra sociedad. Empresas líderes trabajan junto a científicos destacados, dermatólogos, farmacéuticos, físicos y biólogos en búsqueda de productos de mayor protección, más sofisticados, y más "amables" a la utilización. De las antiguas cremas, de limitada protección, o aquellas espesas casi imposibles de absorber, que dejaban un poso blanquecino sobre la piel, se ha avanzado a productos de alta sofisticación, recorriendo todo el espectro de radiación e investigando ya la protección específica sobre UVA I, UVA II o UVB y el infrarrojo.
Es por tanto, la innovación permanente y la utilidad social de estos productos lo que hace que no entiendan de crisis. Prueba de ello son los datos de venta de productos para el sol, que han aumentado un 11,85% durante la campaña de verano 2013, según los datos hechos públicos por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, Stanpa.
Este aumento registrado durante la campaña de verano 2013, con una duración de 12 semanas, comprendidas entre el 18 de junio y el 9 de septiembre, supone una cifra total de 164,85 millones de euros, frente a los 146,93 millones de euros del 2012 según datos Nielsen.
Pero no sólo dentro de nuestras fronteras crece la protección solar. La alta competitividad de las compañías cosméticas en España se manifiesta en un muy alto nivel de competencia en un mercado como es el de los productos solares. Prueba de ello son los datos de exportación de productos solares, maquillaje y cuidado de la piel que de enero a agosto de 2013 registró un volumen de 351millones de euros, lo que supone un crecimiento del 7,71%.
La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), como representante institucional del sector, valora muy positivamente estos datos, puesto que reflejan la sensibilización que continúa adquiriendo la población frente a la necesidad de protegerse adecuadamente a la hora de la exposición a la radiación solar, ya que la utilización de un protector solar adecuado es fundamental, no solo para proteger la piel del envejecimiento, sino lo que es más importante, para prevenir daños a largo plazo y la aparición de cánceres de piel.
Los nuevos productos solares son cada vez más complejos. La amplitud de gamas y productos permite que siempre exista una opción para cada consumidor. Proteger la piel frente al sol ha dejado de ser algo exclusivamente femenino para pasar a formar parte de los hábitos saludables de hombres, mujeres y niños, quienes, cada vez más, conocen los beneficios y riesgos de tomar el sol, los diferentes tipos de radiación existentes, y las correctas formas de aplicación y reposición periódica.
Los productos para el sol, como cualquier cosmético, están sujetos a estrictos controles de seguridad recogidos en Normas Internacionales, que avalan la eficacia y seguridad para el consumidor. Por ello, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) recuerda la gran importancia que tiene la elección del producto más indicado para cada tipo de piel, así como la obtención del mismo en un establecimiento que ofrezca garantías y aplicarlo adecuadamente renovándolo con frecuencia.
Además, es importante insistir en que los productos solares deben desecharse tras cada temporada, puesto que su periodo de caducidad, después de abierto, es máximo de 12 meses, ya que están expuestos a la humedad, altas temperaturas, etc. y puede alterarse la calidad del producto.