Discutir a estas alturas que el Covid-19 ha revolucionado nuestros hábitos de vida, eso, no tiene lógica. Como tampoco no estar atentos a los cambios de la experiencia de compra. El auge del comercio electrónico continúa a tenor de la pandemia e implica un gran desafío en torno a la adquisición de un perfume, una acción hasta ahora eminentemente física que necesitaba del olor del propio perfume para convencernos.

En el mundo del perfume de nicho, las marcas y los puntos de venta sufren las limitaciones de la crisis sanitaria. El perfume ya no se huele ni se deleita en compradores que los recorren.
Ahora se impone la venta en línea y las tecnologías digitales que ayuden en la compra, más todavía si se trata de un perfume. Y el mercado, a pesar de las trabas, no para. Las marcas y los medios de comunicación hacen todo lo posible para alimentar este apetito del perfume con nuevas fragancias, algunas de las cuales sólo están disponibles en línea, a la vez que las promociones florecen en redes sociales.

Packaging: un importante medio para la obtención de la venta

Cajas, botes rediseñados, frascos irresistibles. Ahora los perfumes basan su experiencia de compra en sus contenedores como principal y más importante reclamo. Y algunos incluso han conseguido aumentar sus ventas.

Y no solo eso, promociones y regalos en el e-commerce del perfume toman la delantera.

Compra virtual, también es posible en materia de olores

Las nuevas experiencias virtuales también son bienvenidas. Dado que la información proporcionada en los medios, sin poder acudir físicamente a una estantería, no es suficiente para los amantes del perfume. Así que las redes sociales y los influencers juegan su baza. El consumidor se fía, es más, los busca.

La imaginación se desarrolla entre las grandes marcas. En todos los sentidos. Puig por ejemplo, lanza continuadas iniciativas innovadoras que suplan la experiencia de compra en las tiendas. Para cumplir con las normas sanitarias, el grupo desarrolló una herramienta derivada de Wikiparfum, AILICE, a través de la cual poder visualizar una fragancia en vez de olerla gracias a un código QR en los smartphones de los clientes. Al escanear la botella o el embalaje de un perfume, AILICE analiza automáticamente la información y recupera el contenido relevante en una base de datos de perfumes (familia olfativa, ingredientes principales, etc.). Por ahora, esta nueva tecnología se ha implementado en las tiendas de Penhaligon en el Reino Unido y Asia.

Ahora se impone la venta en línea y las tecnologías digitales que ayuden en la compra, más todavía si se trata de un perfume. Y el mercado, a pesar de las trabas, no para.

En Sudamérica, Natura recientemente equipó sus tiendas con las 20 tabletas perfumadas MultiScent que lanzan los olores seleccionados. Esta tecnología desarrollada por la start-up brasileña Noar es ahora una de las preferidas de los consumidores de fragancias y minoristas.

No hay duda de que este tipo de tecnologías pronto se convertirán en una herramienta básica de la compra del perfume. Y las grandes multinacionales promocionan la investigación para desarrollar las nuevas herramientas de compra y venta.

Ahora solo resta preguntarnos cómo será la evolución futura. Aunque lo que está claro es que el presente necesita más que nunca de nuevos modos y maneras, de la innovación también en la experiencia de compra.









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