"La primera riqueza es la salud".
Ralph Waldo Emerson, escritor, filósofo y poeta
estadounidense (1803-1882).

En los últimos tiempos, la figura de la esteticista se ha profesionalizado mucho más, y no solamente tienen conocimientos en belleza, sino, cada vez más, también en salud.

Junto a doctores, las esteticistas suelen realizar cursos y formaciones sobre posibles enfermedades o afecciones de la piel para alertar a sus clientes de futuros o presentes problemas, algo que, luego, detecta por su parte el médico.

El valor de la esteticista actual se explica con casos como los de la profesional Lisa Harrison, de Estados Unidos, que iba a hacerle una manicura a una clienta cuando observó una mancha negra vertical en la uña que le alarmó. Ante su preocupación por esta mancha, recomendó a su clienta que fuera al médico de inmediato.

Transcurridos unos días, la clienta llamó a la esteticista para confirmarle que, efectivamente, se trataba de un melanoma muy grave (algo que Lisa ya había alertado, pero a expensas de las recomendaciones del médico), y además ya había alcanzado a los ganglios linfáticos. Esta historia se ha viralizado en las redes sociales y sirve para entender la importancia del papel de la esteticista actual, que, en muchos casos, trabaja en colaboración con dermatólogos y médicos para mejorar la salud de los usuarios.

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