"En el momento en que alguien
deja de agregar valor a la
comunidad, su influencia comienza
a disminuir".
Gary Hamel, fundador de la firma Strategos
y experto en Administración (1954).

El gabinete Deloitte señaló, en un estudio presentado en julio de 2018, que los inversores esperaban una expansión del negocio de la moda y del lujo de entre el 5 y el 10% en los tres años siguientes.

En Francia, el 'lujo a la francesa' constata unas envidiables perspectivas de negocio. LVMH, con más de 168.000 millones de euros de capitalización bursátil, y L'Oréal, con 135.000 millones, han desbancado al negocio del petróleo, concretamente a la empresa Total (que no llega a los 132.000 millones) y la farmacéutica Sanofi (98.000).

Y todo esto, además, sin la presión de la contratación de mano de obra barata en el extranjero. De hecho, las grandes multinacionales reinvierten capital en sus propias fábricas y trabajadores con el objetivo de hacer del lujo una experiencia inimitable y el valor añadido que buscan los mercados y consumidores.

Lo cual nos concita a reflexionar acerca de este hecho y tendencia. Y aplicar a nuestra propia casa las reglas que convierten a la cosmética en experiencias de alto valor añadido y diferencial, como el modo de destacar del resto y desmarcarnos de la competencia.

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