La incorporación de CBD, o Cannabidiol, aceite derivado del cannabis a los alimentos, así como a los productos cosméticos y farmacéuticos, se está convirtiendo en una de las tendencias de más rápido crecimiento en la industria de procesos. De hecho, no deja de sumar titulares de un tiempo a esta parte.

Algunos lo tratan y califican como el superingrediente del futuro, de prometedor desarrollo en cuestión de cosmética, el cual muchas firmas ya incorporan a sus cada vez más demandados productos.

Como hemos indicado, el cannabidiol, CBD, es un aceite derivado del cannabis. Y no contiene ninguno de los ingredientes psicoactivos tetrahidrocannabinol (THC).

El reto de la industria de procesos

En el mercado emergente de CBD o de cannabidiol derivado del cáñamo, el desarrollo de nuevos productos de alimentos, bebidas y cosméticos para el cuidado personal está progresando a un ritmo acelerado. Lo cual, se ve acompañado a su vez de nuevos retos y desafíos de producción para incorporar de la mejor y más efectiva manera posible CDB a los productos que demandan los consumidores.

Dependiendo de la concentración, el aceite de CBD puede ser un líquido altamente viscoso, difícil de mezclar con agua o aceites de baja viscosidad. También puede aparecer turbio en lugar de claro en ciertas aplicaciones si el tamaño de partícula de la gota no se reduce lo suficiente.

Algunos califican al CBD, o Cannabidiol, como el superingrediente del futuro, de prometedor desarrollo en cuestión de cosmética, el cual muchas firmas ya incorporan a sus cada vez más demandados productos.

Nacen así nuevas propuestas para su uso. Es el caso de las nuevas mezcladoras Silverson, por ejemplo, que se utilizan con cierta asiduidad en la producción a pequeña escala en este mercado emergente, dado que crean emulsiones estables, disuelven o hidratan ingredientes en polvo y desintegran los sólidos.

El reto de la industria en I+D se refiere también a la necesidad por parte del fabricante de poder obtener de modo rentable y fácilmente líquidos de viscosidades muy variadas, para hacer la mezcla más fácilmente.

Todo lo cual abre a su vez un gran mercado de posibilidades en el que muchas empresas ya están trabajando. El objetivo es que las marcas y sus productos con cannabis se expandan rápidamente y se mantengan al día con la demanda de los clientes y el crecimiento del negocio.

Todo apunta a que el cannabis es, efectivamente, un negocio de futuro.









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