Germaine de Capuccini ha presentado las cuentas anuales de la firma relativas al ejercicio 2020, en el que la marca de cosmética facturó 24,9 millones de euros, casi un 20% menos que el año anterior (30,6 millones). La caída fue generalizada en todos los mercados, aunque más en el doméstico (22%) que en el internacional (15%). Hecho que llevó a sus responsables a adoptar diversas medidas para contener los gastos de explotación, según señala el informe de gestión de la memoria.
Germaine de Capuccini contrató préstamos con avales del ICO por 2,5 millones de euros, según el informe. Adicionalmente, negoció con clientes y proveedores para alinear los periodos de cobro y pago, de forma que evitó verse afectada por los retrasos.Tras la aplicación de un ERTE, la empresa alcoyana pudo compensar hasta cierto punto la caída de las ventas, aunque su resultado de explotación se resintió un 30%. En todo caso, el resultado después de impuestos se elevó a 2,15 millones de euros de beneficio, con lo que el ejercicio fue positivo aunque lejos de las cifras de 2019, con 3,84 millones de beneficio.
Además, y durante 2020 Germaine formalizó nuevas líneas de financiación, como un crédito de 4,6 millones, al que no había recurrido a la fecha de formulación de las cuentas, con distintas entidades bancarias. Asimismo, también contrató préstamos con avales del ICO por 2,5 millones de euros, según el informe. Adicionalmente, negoció con clientes y proveedores para alinear los periodos de cobro y pago, de forma que evitó verse afectada por los retrasos.
Compra de su distribuidor en Reino Unido
Al margen de las medidas para hacer frente a la pandemia, la empresa alcoyana de cosméticos también llevó a cabo una importante operación corporativa una vez cerrado el ejercicio, de la que deja constancia en la memoria. Concretamente, la compra del 100% del capital de su distribuidor en el Reino Unido, Totally UK Holding Limited. De esta forma, Germaine de Capuccini simplifica la operativa en el citado país, al gestionar directamente la distribución. Una medida que llega después de que el Brexit complicase desde el punto de vista burocrático la exportación al país.