"La riqueza económica de un pueblo
no consiste sólo en la abundancia
total de bienes, sino más
bien, en una eficaz distribución
según justicia".
Arturo Umberto Illia, médico y político,
presidente de Argentina desde 1963 a 1966
(1900-1983).

Francia prohibirá la quema y destrucción de los excedentes de las industrias de los productos no alimentarios que no se vendan, cosmética e higiene incluidas, además de vestido y electrodomésticos. Un derroche innecesario, pero, sobre todo, una práctica altamente contaminante.

Destruir productos de temporadas pasadas o aquellos a los que no se les consigue dar salida en el mercado es una técnica muy común entre grandes minoristas y marcas de lujo cosméticas, para protegerse y evitar copias y negocios sumergidos.

La medida, manejada por cada vez más países, proponiendo la donación o el reciclaje como la mejor opción para dar salida al producto excedente, hará bailar a las economías. La donación, por un lado, despierta la sospecha del nacimiento de un mercado ilegal y paralelo. El reciclaje, por su parte, necesita de los canales necesarios, habilitados por los gobiernos, para poder ser realizado. Lo que está claro es que el derroche, es eso, precisamente, y ya no se lleva. La tendencia apunta a la equidad y la justa medida, las cuales a su vez aseguren la sostenibilidad global del planeta.

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