La ONG se ha basado en la información facilitada por los agricultores al rellenar la Solicitud de Pago Único. Una solicitud que les autoriza a recibir las subvenciones de la Política Agraria Común. El cultivo y ensayo de transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM) tiene vía libre en nuestro país, a tenor de la investigación de Greenpeace.

Dudas e incógnitas alrededor de los OGM

El proceso de creación de estos organismos, manipulados genéticamente, se rodea de incertezas cuyos efectos se desconocen, tal y como se desprende de un informe de la Comisión Europea.

Promesas incumplidas

El estudio Zonas libres de transgénicos, a cargo de Ecologistas en Acción, deja constancia de la poca influencia de estos cultivos 20 años después de su introducción en el mercado. Dos décadas después, ni ha aumentado el rendimiento de estos cultivos, ni se han paliado los efectos de la hambruna ni ha mejorado la calidad de los alimentos y el medio ambiente. Aun así, no se han llevado a cabo pruebas que demuestren su grado de toxicidad.

Los OMG benefician, sobre todo, a las grandes empresas

Los cultivos transgénicos influyen, de forma negativa, en el intercambio de semillas de los agricultores. Esto se debe a que diez multinacionales controlan el 75% del mercado. Estas empresas imponen los cultivos que se han de plantar. Y en consecuencia, los alimentos que los consumidores deben ingerir.

Los partidarios de los OMG creen que no se puede producir de forma sostenible, exenta de tóxicos y pesticidas. Ese es otro de los motivos de la buena acogida de estos cultivos. Sin embargo, no se han demostrado posibles riesgos en la salud de los seres humanos (infertilidad, alergias y toxicidad) ni los supuestos efectos perjudiciales para el medio ambiente (daños a especies silvestres, plagas, pérdida de biodiversidad, contaminación de suelos y acuíferos e incremento de costos para los profesionales del campo).









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