Las opiniones con respecto al biotraje son numerosas. Aun así, todo el que lo ha probado coincide: el resultado es inevitable. Entre los beneficios que se obtienen en las sesiones de electroestimulación con biotraje destacan: tonificación muscular, pérdida de grasa -superficial y profunda-, aumento de la fuerza, velocidad y resistencia y rápida definición muscular.

La época de tumbarse en una camilla mientras se recibe una sesión de cavitación, radiofrecuencia, ondas de choque y otras terapias similares ha finalizado. Con el EMS, uno se mueve y ejercita con una intensidad sin precedentes, durante 20 minutos a la semana. Únicamente se debe comprar un bono de varias sesiones e iniciar una vida nueva.

Naturalmente, el precio a pagar por un cuerpo sano y equilibrado incluye inevitablemente una alimentación más sana y natural, renunciando a todo lo artificial y procesado. También es necesaria una higiene de vida que incluya ejercicios al aire libre, paseos incluidos.

Además de vestir el Biotraje o vestimenta especial equipada de electrodos, hay que seguir las indicaciones de un monitor que se encarga del entrenamiento, dependiendo de nuestro estado físico previo, edad, sexo, etc.

Además de llevar el biotraje, se deben seguir las indicaciones de un monitor encargado del entrenamiento, según nuestro estado físico previo, edad, sexo, etc. La frecuencia de los entrenamientos es de uno a dos semanales. Según las opiniones de los profesionales, esta frecuencia equivale a más de seis horas de gimnasio convencional.

Además de los resultados estéticos esperados, la mayoría de los fabricantes de este tipo de tecnología (Miha-Bodytec, Loncego, Amplitrain, o incluso la española X-Fit) incluyen programas específicos de recuperación funcional, rehabilitación, tratamiento de problemáticas óseas o neurológicas, fortalecimiento del suelo pélvico o atenuación de dolores de espalda.









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