La Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AISD-AP) y el trabajo multidisciplinar Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina (EDEM) indican que 1 de cada 5 hombres mayores de edad sufre disfunción eréctil, en España.

Según el estudio de AISD-AP, realizado sobre 3.600 hombres en toda España, el 42,68% de los varones acude a consultas de atención primaria por disfunción eréctil de distintos grados, motivada en un 60% por patologías orgánicas y no psicológicas.

El término disfunción eréctil es el que se aplica a los problemas de un hombre para alcanzar una erección firme, impidiendo su actividad sexual.

Hay que resaltar que la disfunción eréctil puede afectar negativamente a la relación de pareja, provocando, por un lado, desequilibrio relacional y, eventualmente, una desestructuración de la relación, no sólo sexual sino también de pareja. Los pacientes con disfunción eréctil presentan una gran cantidad y variedad de enfermedades concomitantes, la mayoría de índole cardiovascular.

Para solucionar este tipo de patologías, hay tres opciones con evidencia científica comprobada: tratamiento farmacológico, inyecciones intracavernosas y la opción quirúrgica con la prótesis de pene. Para la última opción se necesita un grado alto de preparación por parte del urólogo, que debe contar con la destreza y experiencia necesaria para garantizar un óptimo resultado clínico.

Los pacientes con disfunción eréctil presentan una gran cantidad y variedad de enfermedades concomitantes, la mayoría de índole cardiovascular.

El implante de una prótesis consiste en la colocación, dentro del pene, de un dispositivo que produce un aumento de tamaño y rigidez al pene cada vez que el paciente quiera. El implante es perfectamente disimulable e invisible y requiere de una intervención quirúrgica bajo anestesia. Según los expertos, una gran parte de los pacientes retornan rápido a la actividad sexual, con una alta frecuencia de uso de sus prótesis.

El paciente está menos agobiado, más confiado y por tanto, psicológicamente más tranquilo. Más del 85% de los pacientes que han probado está técnica están muy satisfechos y afirman que volverían a operarse de nuevo al proporcionar una solución definitiva a los problemas de erección.









Recomendamos