Al igual que Brasil y Australia, las cabinas UV podrían ser prohibidas en Francia muy pronto. Éste es sin duda el deseo del Senado, que lo ha solicitado en virtud de la Ley de Salud, en el contexto del examen del 22 de julio por la Comisión de Asuntos Sociales.

La causa es la nocividad de los aparatos de bronceado en correlación con el incremento del número de melanomas en Francia -un aumento de tres veces entre 1980 y 2005-. "Ha habido un aumento continuo en el número de nuevos casos por 40 años [...] Se estima que haya sido de entre un 3% y un 7% cada año ", señala el Instituto Nacional del Cáncer.

Este cambio normativo puede ser visto, sin embargo, con recelo por los profesionales del sector, algunos de los cuales se organizan en contra, como Point Soleil. Según las cifras de la unión nacional de profesionales de bronceado de cabina (SNPBC), 600 centros especializados estarían en peligro de extinción y más de 8.000 establecimientos podrían ser obligados a abandonar su segunda actividad, es decir, el bronceado artificial.

Oponiéndose firmemente a esta legislación, el sindicato denunció en un comunicado "una presión insidiosa de parte de la profesión médica", asegurando que "las cabinas de bronceado no son responsables del aumento de melanomas".

El gobierno y algunos representantes de la medicina parecen convencidos de lo contrario. En enero, los dermatólogos sindicales pidieron al gobierno reaccionar y seguir el ejemplo de Australia. Un deseo compartido por la Academia Nacional de Medicina.









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