"La competencia no es sólo la base de la
protección del consumidor, sino que es además
el incentivo para el progreso”.
Herbert Clark Hoover, político estadounidense
(1874-1964). ​

Las grandes corporaciones de la belleza, multinacionales y consultoras de mercado coinciden. La belleza y el cuidado personal crecen. Se estima que en 2023 la industria cosmética generará 800.000 millones de dólares, un 50% más que en 2017, cuando la facturación alcanzó los 530.000 millones.

Los consumidores, de hecho, vuelven a recuperar, sobre todo, sus imprescindibles de maquillaje, descuidados durante la pandemia. El usuario, así, parece dispuestos a resarcirse del tiempo perdido apostando además por una belleza divertida y, en ocasiones, hasta un punto excéntrica en cuestión de maquillaje, atento a lo que se cuece en RR SS.

Hay cuatro inspiraciones que alcanzan la máxima nota en cuanto a tendencia. Se refieren, en maquillaje, a las uñas (que este invierno deciden ser 'glaseadas'); los ojos, que se delinean como una 'sirena' y exigen tinte de cejas, millones de búsquedas en Instagram; los lápices de labios efecto tatuaje, es decir permanentes. Y por último y en cuestión de piel, se busca conseguir una piel ultrahidratada, efecto slugging.

Queda claro que las redes influyen en el gusto y expectativas de un cliente, el de la belleza, cada vez más preocupado y atento por lo que sucede digitalmente en una industria que, y a pesar de la actual coyuntura, sigue aumentado sus cifras de ventas.

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