Desde la invención de la cámara frontal en los móviles, el "selfie" o autorretrato ha pegado muy fuerte en todos los países del mundo. Tal es el interés despertado, que incluso se le han empezado a dedicar estudios científicos.

Un de ellos es "SelfieCity", llevado a cabo por la City University de Nueva York, y que analizó más de 3.200 "selfies" tomados en algo más de una semana en cinco ciudades distintas del mundo: Nueva York, Moscú, Berlín, Bangkok y Sao Paulo. El objetivo era señalar las similitudes y las diferencias entre ellas para descubrir tendencias. De los resultados se desprendió que la mayoría de personas que toman "selfies" son mujeres, pero si bien en Moscú son más del 80%, en Bangkok son solo el 55%. También se reafirmó la idea de que en su mayoría son gente joven, pero según la ciudad el posado es muy distinto: en Sao Paulo impera la expresividad, con muchas sonrisas y la cabeza más inclinada, mientras que en Moscú se opta por expresiones más austeras.

La obsesión por el "selfie" ha llegado hasta tal punto que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha acuñado el nombre de "selfities", un trastorno psicológico relacionado con la falta de autoestima. Se da en aquellas personas que sienten un deseo compulsivo de tomarse autorretratos y compartirlos en redes, sintiendo ansiedad en la espera a recibir comentarios y "likes" por la necesidad de validación.

Pero no todo es negativo en el "selfie", y también puede ser una manera de reafirmar la propia imagen. La firma de cosméticos Avène lanzó al mercado chino un curioso anuncio en el que señalaba la habilidad de las mujeres chinas para, una vez encontrado su ángulo favorito, posar exactamente igual para todas sus "selfies". En el anuncio se las anima a probar más ángulos, puesto que estarán bellas en todos ellos.

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