Confundidos por la industria alimentaria, la publicidad, las fake news gastronómicas y los consejos nutricionales de familiares bienintencionados, con cada bocado tomamos decisiones nefastas que nos enferman, nos engordan y nos roban energía.

En este libro, el doctor Carlos Jaramillo ofrece respuestas contundentes sobre la alimentación y nos enseña que la clave para un peso óptimo y una salud plena está en el metabolismo. Entender qué es, cómo opera y qué podemos hacer para que funcione a nuestro favor es fundamental.

Así, con humor, ciencia y sencillez, el doctor propone emprender nuestra propia sanación metabólica a partir de los mejores medicamentos: los alimentos. Si sabemos elegirlos y combinarlos, y entendemos cuándo debemos (o no) incluirlos en nuestra dieta, habremos dado un enorme paso hacia una vida mejor.

Para el doctor, hay que revisar bien las características y las cualidades de la comida que consumimos a diario, los famosísimos macronutrientes: los carbohidratos, las proteínas y las grasas. A través del libro se derriban muchas leyendas y mitos que convertimos en verdad a fuerza de repetición como, por ejemplo, que desayunar es la comida más importante del día, que si hacemos ejercicio en ayunas nos "comemos" el músculo, que debemos alimentarnos cada tres horas, que todas las grasas obstruyen las arterias, que es obligatorio tomar leche para que no se rompan nuestros huesos, etc.

El doctor Jaramillo explica que se suele pensar que las personas comen sin parar porque son 'ansiosas'; sin embargo, es la comida la que les está causando la ansiedad. Al elegir los alimentos equivocados, le dan una mala información al cuerpo y provocan un desequilibrio neuroendocrino.

Es decir, estimulan de mala manera sus centros cerebrales y las famosas hormonas de las que hablamos en el capítulo anterior. Si activamos de manera desmedida la insulina (que ayuda a que la glucosa entre en nuestras células) y la leptina (que da la señal de 'estoy lleno'), llegará el descontrol y todo el tiempo tendremos hambre y ansiedad por seguir comiendo.

Para explicar el aporte proteínico en la dieta, el especialista recurre a las carnes animales, que forman parte del régimen alimentario de la mayoría de los humanos en el planeta.

Comenta que, aproximadamente el 25% del peso de las carnes blancas, y cerca del 30% de las carnes rojas, son proteína efectiva. Es decir, si vas a consumir 100 gramos de carnes blancas o mariscos, más o menos 25 gramos de estas serán proteína efectiva. Si se trata de carnes rojas, serán 30 gramos. No son valores absolutos, exactos ni perfectos, pero así te será fácil realizar el cálculo proteínico.









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