"El castigo del embustero es no
ser creído, aun cuando diga la verdad”.
Aristóteles, filósofo griego
(384 a. C. - 322 a. C). ​

Así denomina la OCU a lo que a su vez ha dado en llamar 'Ecopostureo', o sea, cuando lo 'eco' no es verdad. Algo que sorprendentemente y a tenor de los datos recabados por la entidad, es más habitual de lo que pudiéramos pensar. Pero con un añadido todavía más aterrador, y es que las empresas se valen de publicidad falsa para presentar su producto como ecológico y natural, cuando la realidad, 'no es tan verde como la pintan...'.

Que a estas alturas de la película podamos pensar que nos están tomando el pelo en cuanto a naturalidad, trazabilidad, medio ambiente, etc., tal y como están las cosas, no es plato de gusto. Y nos hace reflexionar acerca de que, en cosmética, a pesar de la película, no existe hoy por hoy un marco legal claro que impida hacer afirmaciones vagas y ambiguas sobre cuestiones medioambientales o de sostenibilidad.

Pero ¡ojo!, el consumidor se encuentra más informado que nunca y busca etiquetas y certificados reales que le aseguren la compra correcta. Por eso, si lo tuyo es mentir, la pelota puede que rebote en tu propio tejado. El consumidor informado no te perdonará nunca tal agravio, ni a él, ni al planeta.

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