"Ya no requiere un presupuesto multimillonario
para que la IA funcione en su empresa.
Representa una oportunidad para nivelar el campo
de juego para las empresas más pequeñas”.
Nichole Jordan, managing partner en Grant Thornton LLP,
consultora de empresas (1954).
Las nuevas tecnologías, léase Inteligencia Artificial (IA) y Realidad Aumentada (RA) tienen entre sus brazos al comercio minorista de la belleza, al igual que ocurre en otros sectores, a los cuales moldea a gusto de los consumidores, quienes demandan un cambio radical en las nuevas formas de adquirir productos.
El debate al respecto no existe. Es el futuro. Lo único a exponer en este caso es cuáles son las herramientas que están utilizando los usuarios ‘beauty’ y que sin duda suponen o van a suponer un salto cualitativo para las empresas.
Estamos inmersos en el desarrollo de la era digital: la Web 3.0, el Metaverso, apps de pruebas de maquillajes y peinados, canales Youtube de formación y aprendizaje, sostenibilidad y reciclaje apoyado por la venta on-line y experiencias omnicanal, por ejemplo. Que abocan a la principal conclusión de expertos e implicados: se imponen las experiencias de compra personalizadas, que son las que a la postre supondrán para la industria un aumento de las ventas, el compromiso del cliente y la siempre necesaria y buscada, lealtad a la marca.
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