El Consejo Superior de Salud Pública (HCSP) de Francia ha decidido recomendar el código de cinco colores (verde, amarillo, naranja, rosa y rojo), basado en el modelo británico y abogando por el informe del profesor Serge Hercberg. Se trata de nueva etapa en la guerra de los códigos de la información nutricional que lleva movilizando desde hace meses la venta al por menor, la industria y a los consumidores.

La polémica saltó a raíz del proyecto de ley de salud de Marisol Touraine, que incluye una sección sobre la lucha contra la obesidad y la introducción de información simplificada sobre la calidad nutricional de los alimentos. La idea es ayudar a los consumidores a elegir los productos más adecuados para su salud, aunque de momento es complementario y opcional.

Un código adicional

La adopción del código de los cinco colores completa otras clases de información (calorías, grasas, hidratos de carbono...), que viene escrito en pequeño en los productos y que muchos consumidores tienen problemas para interpretar. Los expertos que son partidarios del código de color consideran que el sistema permitirá a los fabricantes modificar más fácilmente la composición de los alimentos para mejorar la calidad nutricional de sus productos.

El ANIA continúa oponiéndose

Sin embargo, la Asociación Nacional de Industrias de Alimentación (ANIA) sigue manteniendo su oposición a un sistema de etiquetado nutricional simplista basado en un código de color y un enfoque medicalizado a la dieta. Reafirma su compromiso de tomar en cuenta el tamaño de las porciones, las frecuencias de consumo y las asociaciones de alimentos para desarrollar un sistema de información nutricional relevante.

"El debate actual sobre la información nutricional es muy importante. Debemos evitar el peligro de reducirla a cinco colores. Se necesitan condiciones reales para construir un sistema adecuado y eficaz", argumentó Jean-Philippe Girard, presidente de la ANIA.









Recomendamos