Además de su uso como condimento básico en la cocina, la sal es un producto que cuenta con otras aplicaciones, entre ellas la cosmética, con beneficios que hacen de ella una alternativa natural perfecta para realizar rutinas de belleza cotidianas, siempre y cuando no se presente una especial propensión a la irritación.

Entre sus propiedades más destacadas figura su poder exfoliante, que permite eliminar las células muertas de la piel, los puntos negros y las espinillas. Para ello solo hay que preparar una mezcla de este mineral con aceite de oliva -de propiedades cosméticas sobradamente conocidas- y aplicarlo con un masaje circular suave.

Combinada con aceite de coco, puede utilizarse asimismo para tratar áreas afectadas de celulitis, mejorando mucho su aspecto, y también funciona como relajante muscular. Nada mejor que un baño en agua salada, rico en magnesio, para aliviar la tensión, el dolor y la inflamación. Si no es posible disfrutar del agua del mar, nada nos impide combatir el estrés en la comodidad de la bañera.

También el magnesio es responsable de la utilidad de la sal en su aplicación para el cuidado de las manos y pies: su acción antiinflamatoria, combinada con agua tibia, permite preparar todas las superficies para la posterior eliminación de rugosidades y piel muerta.

Finalmente, para tonificar el rostro, es realmente fácil y práctico preparar una mezcla de agua, sal marina y agua de rosas, ideal para limpiar, refrescar y reducir la grasa presente naturalmente en la piel, consiguiendo un efecto similar al de los mejores tónicos del mercado.









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