"El trabajo ayuda siempre, puesto
que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba,
sino descubrir lo que uno tiene dentro".
Boris Leonídovich Pasternak, poeta
y autor ruso (1890-1960).
Desde Irán nos llega una noticia difícil de comprender para aquellos que no viven esa realidad: multitud de mujeres suben a Facebook sus fotos sin velo, con el cabello al aire en lugares públicos, algo prohibido desde hace décadas por el régimen religioso que las gobierna. Una forma de protesta por su falta de libertad que las redes sociales, una vez más, han permitido que salte las fronteras.
La iniciativa de estas valientes mujeres nos ayuda a recordar algo que a veces podemos olvidar, y es que el cabello puede ser mucho más que un simple complemento de moda. Para estas mujeres de Irán, el cabello es un símbolo de libertad, mientras que para sus represores es un símbolo de sexualidad que debe ser escondido. En occidente, el cabello también puede llegar a adquirir un significado extra: de sensualidad, de feminidad, de lucha y superación de una enfermedad.
Por esta razón es tan importante valorar como se merece la profesión del peluquero, tanto desde fuera como desde dentro del propio sector. Un peluquero, un estilista, hace mucho más que cortar y peinar: está a cargo de la salud y el aspecto del cabello de una persona, algo que forma parte de su ser como otras partes del cuerpo y puede ir cargada de grandes significados. Y los propios peluqueros deben luchar por conseguir este reconocimiento, formándose y trabajando duro, pero también ofreciendo a sus clientas ese punto extra de atención que les ayudará a convertir la visita al salón en toda una experiencia, en lugar de una simple rutina.
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