"El que ayuda a los demás, se ayuda a sí mismo".
Leon Tolstói, escritor ruso (1828-1910).


Hay empresas que marcan tendencias y otras que siguen a éstas primeras. En la vida empresarial muchas veces se han de tomar decisiones singulares, que conllevan un esfuerzo, no solamente económico, y que generan a medio plazo un hecho diferencial sobre las demás organizaciones. El mercado casi siempre acaba por premiar a las compañías que toman estas medidas que finalmente dan forma al mercado.

En el año 2007 la División de Productos Profesionales de L'Oréal inició una reflexión estratégica sobre la importancia de contar con equipos comerciales competitivos y a la altura del nivel de exigencia que sus clientes demandaban. Así se creó la “Universidad del Comercio” que dio pie a un cambio de mentalidad y a un nuevo planteamiento comercial orientado a convertir a todos los integrantes del equipo comercial en auténticos consultores y asesores del negocio, con el objetivo de apoyar al peluquero y a sus equipos para hacer crecer su negocio de manera rentable y sostenible.

Una apuesta aparentemente sencilla y universal; si ayudamos a que ellos crezcan, crecemos nosotros. De esta manera, el valor de sus marcas no vendría dado únicamente por el producto y su precio, sino por el asesoramiento, la formación, el servicio y el valor añadido para el negocio del Salón y, consecuentemente, para sus consumidores. Una apuesta que vale la pena emular en la medida que nuestro negocio nos lo permita.

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