"No son en vano los más
débiles, si su fuerza se une".
Homero, poeta griego
autor de La Iliada y La Odisea
(siglo VIII a.C.). ​

Tras el Real Decreto que regula el Estado de Alarma, el cual permite la apertura de las peluquerías en nuestro país, los profesionales peluqueros han hecho arder las redes, ya todos concienciados de cerrar, o cerrados para frenar el virus, atendiendo a su vez a las recomendaciones de las Comunidades Autónomas. El IVA que soporta el sector, 21%, por ser calificada la peluquería de artículo de lujo, entra así en clara contradicción con lo expresado por Sánchez, que ahora considera a la peluquería de primera necesidad, sobre todo para ancianos y personas impedidas.

El Gobierno ha seguido las pautas de Italia. País que, en un primer momento, dejó abrir de lunes a viernes, eso sí, negocios no considerados de primera necesidad, entre ellos las peluquerías, con la intención de no frenar la totalidad de la economía, aunque, ante el avance alarmante de los contagios y muertes por el Covid-19, el jueves13 de marzo, decide finalmente, dejar tan solo en funcionamiento farmacias, alimentación y gasolineras. En Bélgica, sin haber bloqueado el país, con un número muy por debajo de muertos y contagiados, las peluquerías y otros negocios minoristas funcionan por el momento, solo de lunes a viernes, salvo alimentación y farmacias que lo hacen toda la semana.

Queda claro que a la peluquería le hace falta de una vez por todas un órgano que la represente y defienda. Los farmacéuticos, sin ir más lejos, nada más entrar en vigor el Real Decreto, y a través de la Organización Farmacéutica Colegial, planteaban de modo inmediato al Ministerio de Sanidad una batería de medidas a implantar en las 22.000 farmacias del país, como garantía de apertura y salvaguarda de la salud de sus trabajadores en la lucha contra el coronavirus y especialmente en la atención de personas aisladas y de riesgo.

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