"Dale valor a las cosas, no por lo
que valen, sino por lo que significan".
Gabriel García Márquez, famoso escritor
y periodista colombiano, Premio Nobel
de Literatura (1927- 2014). ​

De primera necesidad. Así es la peluquería y así lo ha demostrado a resultas de la pandemia. Y así ha quedado patente con motivo de la festividad del Día del Peluquero. Jornada reivindicativa, celebrada el 25 de agosto, en la que muchas han sido las noticias y reflexiones acerca de la industria, los profesionales y sus salones. La principal, que estos se convierten en gremio protagonista, demostrando, tanto con el anuncio del Estado de Alarma, como a posteriori, en la reapertura de la actividad económica, que son un servicio ‘de primera’, absolutamente necesario para la sociedad, hombres, mujeres y niños.

Sin embargo, el Covid-19, aquí y como en el caso de la mayoría del tejido industrial, también ha hecho mella en las cifras de ventas. El consumo cae. Muchos salones se mantienen cerrados o han tenido que hacerlo ante brotes y rebrotes. Y la nueva normalidad obliga a adoptar una serie de medidas de seguridad con las que el número de clientes se resiente.

A pesar de todo ello, el peluquero se ha visto reforzado en cuanto a prestigio e imagen. Un(a) peluquero(a) es necesario. Así lo ha demostrado en lucha contra el coronavirus. Y a ellos y ellas acuden los usuarios en busca de la autoestima, la felicidad y el bienestar. Ahora, toca apostar por persistir y avanzar, con la batalla de la reducción del IVA subyacente y más candente que nunca. Y por supuesto, con el apoyo y solidaridad necesarios tanto de las esferas gubernamentales como de las empresas del sector. Ésta es la batalla de todos, y entre todos es y será necesario volver a colocar a la peluquería en el lugar al cual pertenece, prestigiándola y haciéndola valer.

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