La noticia saltó a la luz pública el pasado día 21 de septiembre, de manos de su hija, Françoise Bettencourt Meyers. La considerada mujer más rica del mundo, por el prestigioso semanario Forbes, fallecía a los 94 años de edad en su casa. Liliane Bettencourt, aquejada de alzheimer, hubiera cumplido 95 años el día 21 de octubre.

Heredera y principal accionista de L'Oréal

Liliane Bettencourt creció como heredera de Eugene Schueller, quien fundaría la compañía Société Française de Teintures Inoffensives verter Cheveux (Compañía Francesa de Tintes Inofensivos para el cabello), la futura L'Oréal, el 30 de julio del año 1919. Este químico francés, graduado en el Instituto de Química Aplicada de París (hoy en día Escuela Nacional de Química de París) en el año 1904, creó una fórmula sintética de productos de coloración a la que llamó Auréale, inspirada en el peinado femenino de la época que simulaba una aureola. Ya en aquella época, Scheller producía sus propios cosméticos dirigidos a los peluqueros parisinos. La entrada de L'Oréal en el mercado de consumo tendría lugar en el año 1928, tras la compra de la Société des Savons français, cuya marca propia era Monsavon. La firma llegó a formar parte de multinacionales como Procter & Gamble, Sara Lee Corporation y por último, Unilever en el año 2011.

Liliane Bettencourt siempre tuvo interés por el emprendimiento empresarial, una curiosidad natural y mente abierta para las nuevas ideas.

La entrada de Nestlé en el accionariado de L'Oréal se produjo en el año 1974, con el propósito de proteger a la compañía de Schueller de una nacionalización, en el caso que los socialistas ganasen las elecciones presidenciales de la república francesa. Así se estableció un acuerdo entre Nestlé y la heredera de la multinacional francesa, Liliane Bettencourt, que se prolongó durante 40 años. Ambos acordaron no vender sus acciones sin ofrecérselas antes a la otra parte hasta el día 29 de abril del año 2014. A principios de febrero de dicho año, L'Oréal recuperaba el 8% de su capital adquirido por el grupo suizo Nestlé. La operación estaba valorada en 6.500 millones de euros (9.000 millones de dólares). Tras la recompra, la familia Bettencourt Meyers se quedó con una participación del 33,31% convirtiéndose en la principal accionista de la compañía. Dos años antes, Liliane Bettencourt fue sustituida por un nieto en la junta directiva, a raíz de los efectos de la demencia que sufría.









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