"Las cosas no se dicen, se hacen.
Porque al hacerlas se dicen solas".
Woody Allen, director, guionista, escritor
y actor estadounidense (1935).
La noticia saltaba a la luz pública el pasado 23 de marzo: el Ejecutivo de Rajoy estudia una rebaja fiscal que se aplicaría a la peluquería. Unas medidas que coinciden con la cuenta atrás del calendario electoral.
Efectivamente, nos hallamos a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo (estas últimas con la excepción de Cataluña, Andalucía, Galicia y País Vasco) y a ocho meses de las generales. Los próximos comicios han influido en el hecho de que el Gobierno se plantee el IVA reducido para la peluquería que pasó del 8 al 21% desde septiembre del año 2012. Una medida catastrófica en el sector que influyó en un mayor número de despidos y abandonos del negocio. Casi 9.000 peluquerías echaron el cierre durante el ejercicio 2012, en todo el país.
Tras la subida exponencial del año 2012, el IVA se impone de la siguiente manera: a través del tipo general, que grava con el 21% los espectáculos de cultura, el suministro de luz, gas y teléfono y los servicios de peluquería, entre otros; el reducido (10%) y el tipo superreducido (4%). La supuesta reducción haría que los servicios de peluquería soportaran el 10 en lugar del 21% actual.
La medida se llevaría a cabo con la condición de que los ingresos tributarios así lo permitan, según el Ejecutivo. Es decir, que si a Hacienda no le salen los números, no se aplicaría la rebaja fiscal. Y eso a pesar de las mil y una peticiones de peluqueros y entidades vinculadas al sector solicitando esta reducción del IVA, desde el año 2012. El Gobierno ha hecho oídos sordos a estas peticiones, a pesar del creciente número de peluquerías que se han visto obligadas a echar el cerrojo. Así que todavía está por ver si finalmente se aplica, o no, esta supuesta reducción. Aunque una cosa está clara: se cumpliría una promesa, en periodo electoral, que llega tarde, a tenor de las primeras reacciones en los foros. Pero como dice el refrán: "rectificar es de sabios". Muy cierto sí, aunque ello valga un buen puñado de votos.
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