En un reciente estudio elaborado por científicos de la Universidad de Harvard y el Hospital de Mujeres de Brigham, se da una gran importancia al papel que pueden desarrollar los peluqueros en la prevención del cáncer de piel o melanoma.

Según este estudio, publicado por Archives of Dermatology, los peluqueros deberían ser algo así como espías del cáncer y alertar a sus clientes si ven algo raro en su cuero cabelludo o cuello.

Su contacto diario con estas partes del cuerpo, y la posibilidad de observar anomalías que a simple vista no se aprecian, hace que los peluqueros puedan desempeñar funciones de prevención y detección precoz del cáncer de piel, estando siempre alerta ante lesiones sospechosas de melanoma en zonas de difícil autoexploración.

Los expertos inciden en que, si bien el melanoma está muy presente en zonas como los brazos y las piernas, a veces se manifiestan en el cuello y en el cuero cabelludo, al menos en un 6%. Estas zonas son de difícil detección y el melanoma puede pasar inadvertido. Este tipo de cáncer tiende a dar metástasis muy pronto, por lo que es necesario para combatirlo una detección precoz en sus primeras fases para poderlo extirpar eficazmente.

En la lucha para la prevención del melanoma, los investigadores han listado una serie de profesiones que consideran vitales para encontrar estas manifestaciones en sus primeras fases. En el caso del melanoma en cuero cabelludo y cuello, creen que los peluqueros son el colectivo profesional más adecuado para dar la primera señal de alarma. Elizabeth Bailey, autora principal del estudio, defiende la tesis de que el peluquero puede ejercer un papel fundamental para la prevención del melanoma.

Para actuar en esta dirección, los científicos de la Universidad de Harvard encuestaron a 304 profesionales de peluquerías de Houston con el resultado de que el 69% se mostraban partidarios de dar información sobre el cáncer de piel a sus clientes, y el 49% mostraba interés en participar en programas educativos para formarse más al respecto.

La implicación del peluquero norteamericano en este tema no ha sorprendido a los investigadores, ya que el 58% ha recomendado a clientes acudir al especialista al menos en una ocasión, el 37,1% asegura haber observado lesiones sospechosas en el cuero cabelludo de más del 50% de los clientes, el 28,8% detectó signos anormales en el cuello y el 13,5% en la cara.

La conclusión del estudio es que se recomienda proponer ciclos formativos a los peluqueros para que aprendan a identificar mejor las señales sospechosas y se conciencien de la importante función que pueden hacer para la detección precoz del cáncer de piel. Alan Geller, de la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los responsables del estudio, declaró que es importante formar a la mayor cantidad posible de peluqueros.

Como siempre, el informe ha tenido muchas voces disconformes, sobre todo de dermatólogos como el doctor Martin LeFevre o Martin Glud, del Hospital Bispebjerg de Copenhague, que creen que los peluqueros sólo deben cortar el pelo y no recibir formación específica dermatológica, ya que podrían causar muchas falsas alarmas que podrían complicar los diagnósticos en exceso.

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