"Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil".
Jean de la Fontaine, poeta francés
(1621-1695).


Nuestro país no se caracteriza precisamente por ser un pueblo que invierta esfuerzos en el asociacionismo y en la unión de energías e intereses en un bien común, como puede ser la dignificación y mejora de un sector como el nuestro. A veces parece que es todo lo contrario: disponemos de ciudades con representación de hasta tres gremios o asociaciones.

Hace unos días asistía, con sensación de sana envidia, a uno de los actos profesionales de mayor relevancia en el panorama internacional, Haute Coiffure Française, que lleva 65 años organizándose en la capital de la luz, París. Observaba cómo allí se reunían mas de 1.500 profesionales en un marco incomparable, el Louvre; los consagrados profesionales, conocidos en el mundo entero, junto a los anónimos y, a la vez, con los que empiezan a dar sus primeros pasos. Todos en el mismo espacio con el único afán de dotar a la peluquería francesa del puesto que se merece.

En un momento tan especial como el que vivimos, y por el que tendremos que pasar en el futuro, deberíamos aprovechar para sumar esfuerzos y generar una identidad fuerte de la peluquería española ante el mundo; en todas sus facetas, desde la empresarial, de las cada vez más y mejores reconocidas marcas españolas de cosmética capilar en el mundo, hasta la de los profesionales de cualquier tamaño empresarial y artístico. Todos deberíamos trabajar, aunque sea de forma interesada, por un sector más consolidado y unido que nos refuerce.









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