"En vez de esto, trabajemos duro.
Acabemos de una vez con la única crisis
amenazadora, que es la tragedia de
no querer luchar por superarla".
Albert Einstein, físico alemán
(1879-1955).

Peluquería y estética no funcionan a la par. La primera, por culpa de la crisis, la menor afluencia de público al salón y la presión fiscal, se ve obligada a reducir plantillas y cerrar negocios. La segunda, parece que capea mejor el temporal. Los tratamientos médico-estéticos experimentan un auge en España, aunque no al nivel de algunos países latinoamericanos, como Brasil, Colombia o Venezuela.

Cuatro de cada diez peluquerías han echado el cierre en nuestro país, durante el periodo 2011-2013, según datos del Directorio Central de Empresas. El incremento del IVA, del 8 al 21%, ha sido determinante para que las estadísticas arrojen datos tan poco alentadores. Por el contrario, el sector belleza que ya soportaba el 18% no ha acusado, de forma tan brusca, la subida fiscal.

La caída de los ingresos en los hogares ha dado pie a un cambio en los hábitos de consumo. Algunos clientes visitan con menor frecuencia el salón habitual. Otros han decidido teñirse, peinarse e incluso cortarse el pelo en casa. Y por último, siempre hay los que aprovechan el cierre de locales para alimentar la peluquería clandestina. Aquella que ofrece un servicio a domicilio más económico. No sucede así con el centro de belleza. La clientela ha integrado mejor los tratamientos estéticos entre sus preferencias de consumo y prefiere externalizar estos servicios de la mano de un profesional de confianza.

En cuanto a los salones de peluquería, parece que los establecimientos con menor margen de beneficios se podrían ver más afectados por esta coyuntura ya que dependen de una mayor afluencia de clientela. En este sentido, quisimos saber la opinión del prestigioso Lluís Llongueras sobre este asunto. Y Llongueras fue claro: "La buena profesión sobrevivirá". La formación y la buena preparación de los peluqueros serán claves para superar las circunstancias adversas. Pero también es importante la ilusión y el esfuerzo, a pesar de las trabas políticas y administrativas. Desde Beauty Market apoyamos la opinión de Llongueras e instamos al sector a mirar con ilusión y esperanza el futuro de la profesión.

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