"Una evolución es un destino".
Thomas Mann, escritor alemán
nacionalizado estadounidense
(1875 -1955).
Es éste un tema ciertamente polémico pero que está ganando adeptos en los últimos tiempos. Una tendencia actualmente en expansión, antiguamente reservado a un público rural y de avanzada edad o con movilidad limitada, que atrae actualmente a una población urbana y dinámica. La peluquería a domicilio no tiene porqué ser sinónimo siempre de mercado sumergido.
Es más, puede ser una opción a tener en cuenta y que las nuevas leyes y ayudas a emprendedores están facilitando para acceder por primera vez a un puesto de trabajo que no se encuentra, para reorientar el que uno ya tiene o para complementar el negocio del que se dispone.
También es cierto que en países como Francia, Alemania o Inglaterra se trata de una cuestión mucho más desarrollada que en el nuestro, contando además con respaldo legal, portales en Internet o empresas especializadas para localizar potenciales clientes, así como todo un entramado económico que sirve y vive de este tipo de servicio.
La peluquería a domicilio no parece contar en España con la simpatía de la mayoría de los profesionales, si bien debería quizás concedérsele una lectura más actualizada y tenerla en cuenta como una opción más que no tiene porque ser incompatible con el negocio convencional. El trabajo a domicilio es una corriente laboral que se está desarrollando además en otras muchas profesiones.
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