Pascual Iranzo, a sus 88 años, es uno de los peluqueros más carismáticos con los que te puedas encontrar jamás. En Qué pasa Pascual, entre tijeras y amigos, impresiona por su personalidad, destreza y su manera de entender el mundo y su oficio.

¿Quién es ese peluquero que parece salido del país de las maravillas? Hijo de una familia de anarquistas, de un barbero que perdió un brazo, Pascual Iranzo fue durante muchos años uno de los peluqueros más carismáticos de España, con clientes que iban del rey Juan Carlos a Gabriel García Márquez o Joan Manuel Serrat, según muchos pudieron comprobar y conocen y se relata en el documental Qué tal Pascual.

La joven actriz argentina Bárbara Brailovsky es la artífice de esta cinta, fruto de su paso por el Máster en Documental Creativo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y que se estrenaba recientemente en el DOCS Barcelona Festival.

Qué pasa Pascual recupera a este icono de la peluquería y nos revela su forma de ver el mundo y el cabello. Demostrando que esta profesión también cuenta con actores influyentes y personalidades únicas que alcanzan el éxito y construyen imperios de mayor o menor tamaño, pero imperios, sí, al fin y al cabo.

'El mejor actor que he conocido'

Bárbara Brailovsky conoció al mítico Iranzo por casualidad. Tras rodar el documental, su artífice ha dicho de él: "Actor, el mejor que he conocido, una persona con una forma muy particular de vivir, de pensar, de moverse. Con él, hemos rodado una historia en la que no tienen lugar ni el chismorreo, ni sus anécdotas personales". Lo que demuestra que peluquería y peluqueros y peluqueras reales están muy lejos del típico cliché, alejados de estereotipos escasamente considerados.

Iranzo, no en vano, tiene a bien haber sido peluquero del rey Juan Carlos y haber peinado durante más de 40 años al cantante Joan Manuel Serrat, el cual, además, aparece también en la cinta.

Rezan las crónicas que Iranzo es un hombre que ha convertido el oficio de barbero en una profesión de futuro. Y lo hizo tras la retirada de su padre en el año 1946. Desde entonces hasta ahora, mucho ha llovido, pero Iranzo ha capeado temporales y ha conseguido transfundir la peluquería en negocio y viceversa con una base tan sólida como su propia raíz y raigambre, que a los 88 años lo convierte en protagonista de un documental en el que se refleja la real naturaleza de un oficio que se merece mucho más.









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