Para un rubio perfecto que se convierta en el centro de todas las miradas, el tono de la piel es clave.

El primer paso, asegura Mercedes Sastre directora del salón 3K Peluqueros, en Madrid, es “elegir el tono teniendo en cuenta el tipo de piel”.

Las pieles con tonalidades frías (pieles claras y ojos azules, verdes o miel) deberán optar por rubios oscuros. Con los ojos claros ligan muy bien los tonos de cabello ceniza, platino e, incluso, tirando a tonalidades rojizas.

“El tono del cabello nunca ha de ser demasiado parecido a la tonalidad de la piel, ya que si no las facciones se podrían perder. Hay que resaltar tanto el rostro como el tono de los ojos”, asegura Mercedes Sastre.

Los tonos que más favorecen a cada tipo de piel

» Pieles claras y rosadas: sin duda, el tono que más favorece a este tipo de pieles es el rubio nórdico o platino.

» Pieles amarillentas: a este tipo de pieles les sientan muy bien los tonos fríos, que contrastan con la calidez de su piel.

» Pieles cetrinas u oliváceas: sin duda, el balayage es la técnica que mejor funciona con este tipo de rostros.

» Pieles oscuras: para este tipo de pieles, está indicado un rubio oscuro alrededor del rostro, que sublimará el tono de su piel enmarcando el rostro.

Tu consejo vale oro

Muchas veces, la visión de tu cliente no es la misma que la tuya, profesional peluquero, peluquera. Si es así y atendemos a sus peticiones, corremos el riesgo de que tu clienta salga del salón con un color o corte de pelo que no le favorezca. Es muy importante que hables, como experto colorista con ella, el tiempo que sea necesario, explicándole qué es lo que necesita exactamente, cómo cuidar su cabello a diario, cada cuánto tiempo puede volver a la peluquería para refrescar el color, etc.

En ocasiones no es posible alcanzar el rubio deseado en una sola sesión. Dependiendo del color de la base, de los tintes o mechas de los últimos seis meses y del tono de rubio final que quieras obtener, es probable que tengas que invertir bastantes horas en el salón e, incluso, en ocasiones es posible que no consigas el tono final en una sola cita, sino que tendrán que ser dos.

Rubios sublimes con éclat

¿Un rubio perfecto, con un brillo espectacular? Ahora, puedes conseguirlo con éclat, la coloración demipermanente de pH ácido con vitamina C y proteínas. Te mostramos cómo conseguir diferentes tipos de rubios con la coloración ácida de Montibello.

Rubio champagne y rubio nórdico.

»Rubio Champagne.
Antes:
-Cabello con subtonos amarillos indeseados.
-Deshidratado y mate.
Después:
-Rubio champagne nítido.
-Cabello neutralizado y revitalizado con un brillo sublime. Tono de éclat utilizado: 10-12.

» Rubio nórdico.
Antes:
-Raíces oscuras muy crecidas.
-Puntas decoloradas.
Después:
-Rubio platino nórdico con raíces naturales perfectamente difuminadas.
-Cabello más fuerte y brillante. Tono de éclat utilizado: 10-12.

Rubio cremoso natural y rubio melocotón.

» Rubio cremoso natural.
Antes:
-Cabello coloreado y con restos de mechas.
-Cabello apagado y sin vida.
Después:
-Rubio cremoso natural.
-Cabello renovado con mayor volumen y relieve. Tono de éclat utilizado: 10-3.

» Rubio melocotón.
Antes:
-Cabello con gran cantidad de mechas y muy poroso.
-Puntas castigadas.
Después:
-Rubio melocotón brillante con alta riqueza cromática.
-Puntas selladas y definidas. Tono de éclat utilizado: 10-4

Cuida el color en casa

El cabello de color rubio necesita unos cuidados específicos de mantenimiento, por lo que tendrás que informar a tu clienta para que se comprometa a realizarlos en casa si quiere que su melena esté perfecta.

Para mantener el color es importante usar un champú especial para pelo rubio, que suele incluir pigmentos morados y evita la pérdida del tono.

Cuando decoloramos el cabello este se vuelve más poroso, lo que le hace más vulnerable a los cambios de color, la contaminación, la falta de humedad y los rayos UV; lo que se traduce en cabello más seco y con posibles cambios de color que viran al naranja.

Para evitarlo es importante que use un champú especial para pelo rubio –suele incluir pigmentos morados, que evitan la pérdida del tono– o uno que no contenga sulfatos, ya que estos arrastran el color, y una mascarilla específica.









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