Megan Stewart, la adolescente que sufre el denominado 'Síndrome del cepillado de cabello'.

Megan, una adolescente de 13 años, sufrió un ataque repentino mientras su madre le estaba cepillando el cabello para ir al colegio. Entonces, la chica se desvaneció y sus labios se tornaron azules. Su madre, presa del pánico y pensando que era un ataque epiléptico, llamó urgentemente a las emergencia sanitarias. Una vez en el hospital y estabilizada, empezaron las investigaciones para saber qué enfermedad padecía, ya que se había descartado que sufriera epilepsia. Concluidas las pruebas pertinentes, los doctores del Glasgow Yorkhill Hospital for Sick Children le diagnosticaron 'Síndrome del cepillado del cabello'. Hasta entonces, sólo se tenía constancia de un caso similar.

Esta enfermedad es tan peculiar que el simple contacto de estos pacientes con la electricidad estática hace que el cerebro colapse y que otros órganos vitales dejen de funcionar.

Esta enfermedad es tan peculiar que el simple contacto de estos pacientes con la electricidad estática hace que el cerebro se colapse y que otros órganos vitales dejen de funcionar. La única solución para evitar estos ataques es la prevención. Así que, por ejemplo, para evitar que el roce del cepillo sobre el pelo pueda producir electricidad estática, es conveniente humedecer el cabello antes del cepillado. Asimismo se debe evitar acercarse a fuentes de electricidad estática y llevar ropa o materiales que puedan producirla, como puede ser el poliéster o el nylon, y optar por fibras naturales como el algodón, la lana virgen o el lino. Los zapatos deben ser de suela de cuero y la cama no puede ser metálica.

La única solución para evitar estos ataques es la prevención.

El origen de esta enfermedad es un misterio, pero por los dos casos habidos se intuye que pueda ser resultado de complicaciones en el parto, ya que la madre de Megan tuvo una preclampsia por culpa de una hipertensión tres meses antes de cuando debía dar a luz y se le debió realizar una cesárea de emergencia. Como consecuencia de ello, Megan sólo pesó poco más de un kilo al nacer, y su tamaño era tan pequeño que cabía en la palma de una mano. La niña tenía, además, un agujero en el diafragma que dejaba un ínfimo espacio para que creciera un solo pulmón. Megan fue enviada inmediatamente al Glasgow Yorkhill Hospital for Sick Children, pasando allí su primer año y medio de vida. Pasado ese tiempo se pudo ir a casa, pero le quedaron una serie de problemas de salud para toda la vida. La chica, además del 'Síndrome del cepillado de cabello', tiene asma y una disfunción que le impide ver objetos que se muevan muy rápido.

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