El cabello es un tejido excretor para los elementos minerales tanto esenciales como los no esenciales potencialmente tóxicos. En general, la cantidad de elementos minerales incorporados de forma irreversible en el cuero cabelludo es proporcional a la concentración de los mismos en otros tejidos del organismo. De esta forma, el análisis de elementos minerales en el cabello nos proporciona un test de criba para determinar la situación fisiológica en nuestro organismo de dichos minerales, sea en exceso, déficit o mala distribución.

Investigaciones clínicas han demostrado que determinadas concentraciones en el cabello de algunos elementos minerales tóxicos, como por ejemplo el cadmio, mercurio, plomo y arsénico, están fuertemente relacionados con determinados desórdenes patológicos. Los niveles en el cabello de dichos elementos minerales son más indicativos de los depósitos en el organismo que los niveles de éstos en sangre u orina.

Debido o que las proteínas se sintetizan en el propio folículo piloso, los elementos minerales son incorporados permanentemente en el cabello sin sufrir ningún intercambio ni reequilibrio con otros tejidos. El cuero cabelludo, además de ser de fácil acceso para recoger la muestra, ya que crece de uno o dos centímetros por mes, contiene un "recuerdo temporal" del metabolismo de minerales que facilita la detección de posibles contaminaciones por elementos tóxicos.

Se ha demostrado que existe una relación entre los niveles de minerales del cabello y los niveles de minerales sistémicos. La magnitud de la relación es específica de cada elemento y todos los expertos consideran el cabello como el tejido de elección para la determinación de elementos tóxicos y algunos nutricionales.

Las desviaciones de los niveles de minerales en el cabello suelen aparecer antes que los síntomas; por tanto, debemos considerar el análisis del cabello como una herramienta muy eficaz para determinar posibles enfermedades debidas a excesos fisiológicos, deficiencias o una mala distribución. No obstante, los valores obtenidos deben considerarse junto con la sintomatología presente en el paciente, la dieta, ocupación y estilo de vida, acompañado de un examen físico y otras analíticas de laboratorio.

Gracias a los recientes progresos en tecnología, instrumentación y aplicación de protocolos científicos, el análisis de los elementos minerales del cabello se ha convertido en una valiosa herramienta para proporcionar datos fiables y útiles a los médicos y sus pacientes.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (OSEPA) declaró en un informe reciente lo siguiente: "si las muestras de cabello han sido recogidas, limpiadas adecuadamente y analizadas con los mejores métodos analíticos, empleando el estándar y el blanco, como se ha prescrito previamente en un protocolo de laboratorio de confianza por un personal experimentado, los datos serán correctos (U.S.E.P.A. 600/4-79-049).

Sin embargo debemos tener en cuento que el cabello es muy vulnerable a elementos contaminantes externos contenidos en champús, decolorantes, tintes y líquidos para tratamientos como permanentes. Por lo tanto el primer paso para la interpretación de un informe del cabello es excluir las fuentes de posible contaminación.

Una metodología aparentemente sencilla pero que tiene en cuenta la genética y la epigenética para devolver el bienestar a la persona.

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