"Debemos mantener un equilibrio
entre nuestras necesidades y las
necesidades del prójimo".
Andrew Matthews, profesor, dibujante
y escritor galés, conocido por sus libros
de autoayuda muy didácticos ilustrados
por él (1948).


Parte de la profesión se aboca a ofrecer, cada vez más, una serie de tratamientos que pueden ser muy llamativos pero que posiblemente se alejan de la verdadera función básica de un tratamiento y de una profesión como la vuestra, que consiste nada más y nada menos que en preservar, cuidar y mejorar el estado de bienestar y belleza de las personas.

Tratamientos a base de masajes con serpientes, terapias puntuales a 110º bajo cero, mascarillas con esperma de toro, baños de cerveza, máscaras con excrementos de pájaros, reiki efectuado por caballos y un largo etcétera conforman una serie de servicios que pueden desvirtuar la base de un negocio y de una profesión que trata con personas a las que hay que dar un consejo profesional y honesto, y no solamente vender un producto o tratamiento de moda. ¿Es realmente ése un camino aconsejable a seguir?

Las opciones para verse bellas y jóvenes son cada vez más extremas, y en algunos casos hasta peligrosas, y es la profesional la que debe de poner el límite para evitar riesgos innecesarios.

Como en muchas otras profesiones, creemos que el trabajo bien hecho y la base de un negocio está en servicios que, a pesar de no ser milagrosos, velen por la salud de nuestros clientes y ofrezcan cuanto menos un espacio de bienestar y mejora de su salud física y estado de ánimo. Combatir parte del envejecimiento sólo se consigue con la misma moneda que entiende la naturaleza: con método y disciplina.

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