"No se puede progresar sin cambiar,
y aquellos que son incapaces de cambiar
de opinión, no pueden cambiar nada".
George Bernard Shaw, dramaturgo, crítico y polemista irlandés.

La economía circular ha llegado con fuerza a la peluquería. Hoy sabemos que el cabello que antes se barría y se desechaba puede tener una segunda vida: convertirse en material para absorber contaminantes, ayudar a regenerar ecosistemas marinos o servir como recurso para nuevos productos sostenibles.

Cada salón que decide reciclar su cabello da un paso hacia una belleza más consciente. Es un gesto sencillo, pero con un impacto real. Los clientes lo valoran, el planeta lo necesita y la profesión se fortalece al asumir un rol más responsable.

En esta nueva etapa, no se trata solo de cortar bien, sino de cuidar mejor. Porque cuando el cabello se transforma, también lo hace la manera en que entendemos nuestro oficio.

Participa en nuestra encuesta:

¿Reciclas el cabello que genera el salón?

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