Esta noticia salió publicada en el Daily Mirror, y trata de la transformación radical sufrida por Chris Birch, un corpulento inglés de 26 años y 120 kilos, practicante de rugby, trabajador de banca y a punto de casarse con su novia de toda la vida.

Su vida era la mar de estable, siempre haciendo las mismas y cotidianas rutinas. Por la mañana iba al banco a trabajar y cuando salía de laborar, entrenaba con su equipo de rugby, su gran pasión deportiva. El resto de sus horas libres y fines de semana se las pasaba con su prometida, bebiendo cerveza con sus compañeros de equipo o viendo deportes por la televisión.

Pero un día, durante un entrenamiento de rugby e intentando realizar una voltereta hacia atrás, sufrió un terrible accidente cerebrovascular que le hizo entrar en coma. Tras pasar días en esta situación, al fin despertó, y lo primero que hizo fue declararse gay: "Cuando me desperté, me sentía diferente. Ya no estaba interesado en las mujeres, era completamente gay, aunque antes no me había sentido atraído por un hombre, y ni siquiera tenía amigos homosexuales”".

Pero no sólo cambió su orientación sexual. Todos los placeres que tenía antes del accidente le dejaron de agradar, así que ya no le gusta ni el deporte ni quedar con sus amigos, ni mucho menos la banca. Además, encontró su verdadera vocación: ser peluquero. Así que ahora se dedica a esta profesión, tiene su propio salón de peluquería, ha rebajado su peso de 120 kilos a 69 y ha cambiado a su prometida por un novio de 19 años.

Esta noticia que publica el Daily Mirror, y propia de programas tipo El Diario de Patricia, ha sido muy comentada por la opinión pública británica, siempre tan sensacionalista y amantes de casos como éste. Los británicos debaten incluso a nivel neuropsicológico si un golpe en el cerebro puede cambiar nuestra personalidad, gustos, habilidades e incluso nuestra orientación sexual.

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