El número de peluquerías que han causado baja, durante el periodo 2011-2013, asciende a 31.693 en toda España. Es decir, cuatro de cada diez. Por comunidades autónomas, Cataluña ha perdido 5.745 salones, Andalucía 5.607, Comunidad Valenciana 4.007, Madrid 3.840, Canarias 1.901, Galicia 1.650 y Castilla-La Mancha 1.273. En la comunidad de Madrid han dejado de ejercer su actividad una de cada cuatro peluquerías en dos años. En Galicia, Asturias, Castilla-La Mancha y Castilla y León han cerrado sus puertas la mitad de los establecimientos existentes. En el País Vasco, Navarra, La Rioja o Andalucía la situación coincide con la media de todo el país: cuatro de cada diez peluquerías son baja en solo dos años.

La caída de los ingresos familiares ha repercutido negativamente en el consumo de productos básicos y en el de algunos servicios. La visita al salón de confianza es uno de ellos.

El gobierno central ha facilitado estos datos, del Directorio Central de Empresas (DIRCE), en el Congreso de los Diputados, a instancia de varias preguntas formuladas por el diputado socialista Miguel Ángel Heredia. El representante del PSOE por Málaga quería saber hasta qué punto la subida del IVA, del 8 al 21% había afectado al sector. Ahora, tras conocerse los datos se llega a la conclusión que la subida de impuestos ha sido una de las causas de esta debacle en el sector peluquero. Aunque no la única.

La crisis y la menor clientela han contribuido al cierre de peluquerías

Además de la subida del IVA, el sector peluquero ha resultado muy perjudicado por culpa de la crisis económica. La caída de los ingresos familiares ha repercutido negativamente en el consumo de productos básicos y en el de algunos servicios. La visita al salón de confianza es uno de ellos. Algunos/as clientes/as optan por cortarse, teñirse y peinarse el cabello en casa. Tras el cierre de establecimientos se esconde un filón de oportunidades para la peluquería pirata, que no sufraga impuestos ni seguros sociales. El cliente paga menos por el servicio y el peluquero se ahorra costes fijos (local, nóminas y seguros sociales, luz, agua, gas, etc.). Por ejemplo, el coste de la luz se disparó un 71% entre los años 2005 y 2013, y siguió al alza el año pasado (un 8% más). La pregunta flota en el aire: ¿Quiénes sobrevivirán a esta coyuntura adversa: las peluquerías con solera o las nuevas cadenas low cost? ¿Qué panorama se vislumbrará en el sector a corto, medio y largo plazo?









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